31 | bienvenida

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—Ivonne—

Bajo del auto y le agradezco a Josh por abrir mi puerta. Miro la fachada de la universidad y sonrío al sentir a Erika a mi lado — no me imagino la cantidad de tareas que tienes por copiar — habla.

Niego — varios compañeros me las han estado enviando todo este tiempo, estoy al día.

La tomo de la mano para tirar de ella y caminar juntas, las pocas personas que hay afuera se giran a mirarme, pero no me importa. Dentro también es igual, algunos intentan de simular y otros simplemente les da igual y me miran directo. Detengo mi paso frente a mi taquilla donde encuentro una para nada linda foto mía pegada de tamaño grande en donde salgo horrorosa, pero más que darme pena, me causa risa.

Comienzo a reír mientras abro la puerta con cuidado de no dañarla y luego de tomar mis libros, tomo un bolígrafo y dejo mi autógrafo sobre la foto.

— ¿no te molesta eso? — cuestiona Erika.

Niego — en absoluto, sé que esto ha sido obra de esas tres, su plan era hacerme quedar en ridículo, pero les ha fallado — guardo el bolígrafo — así que les dejaré mi autógrafo allí para que todos puedan verlo. Yo gano.

— eres increíble, Bonny.

Pasa el tiempo hasta que llega la hora del almuerzo donde todos me miran en la cafetería. Yo busco mi almuerzo y me siento en una mesa vacía mientras espero a Erika quien llega cinco minutos después.

— los pasillos son un caos — deja su bandeja frente a mí — en todo el lugar solo se habla de ti.

Pensaba responderle, pero un horrible sonido de un parlante siendo encendido me interrumpe. Todos miramos al responsable que resulta ser nada más y nada menos que Kim subida sobre una de las mesas con ayuda de Brad, ella tiene un megáfono en su mano derecha mientras que con la otra se apoya de una muleta. Una pequeña sonrisa se extiende en mi rostro al ver que aún lleva escayola desde su rodilla hasta cubrir su pie por completo.

Ha cambiado bastante en este tiempo, su pelo está mucho más claro, convirtiéndola en una rubia platino, usa accesorios más llamativos y atuendo de putibarbie al igual que las gemelas que la miran desde abajo.

Parece que se decidió al fin en dejar salir a flote su verdadero ser.

— muy bien, chicos, esto será breve — sonríe mirando al público — solo tengo dos cosas que decirles, la primera es que no olviden que las elecciones a Señorita Popular son la siguiente semana y quiero que recuerden por quién deben votar, o sea, yo... — algunos silban en aprobación, haciéndola reír. Yo me llevo un trozo de pudín a la boca — lo segundo es que quiero aprovechar su atención para darle nuevamente la bienvenida a mi queridísima amiga Ivonne... — me mira con una sonrisa cínica, con sus ojos entrecerrados. Desde aquí noto su hipocresía. Todos me miran — amiga mía. Me alegro tanto de tenerte de vuelta.

Me fijo en como todos esperan atentos mi reacción, sin pensarlo me sacudo las manos para ponerme de pie y hacer una reverencia a modo de agradecimiento — gracias por recibirme, Kim... se te ve muy bien, deberías usar yesos y muletas más a menudo — le guiño un ojo — puedes llamarme cuando quieras y yo encantada te ayudo con eso.

Al parecer mi respuesta no es la que esperaba ya que se ve claramente molesta. Sonrío con el mismo cinismo que ella y vuelvo a tomar asiento en mi lugar. Brad la ayuda a bajar de la mesa y ella, con ayuda de su muleta, camina cojeando hasta mí con las gemelas detrás. Pasa por el medio de las mesas hasta detenerse a menos de un metro de la mía, me habla sin su megáfono.

La Elegida de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora