19 | Madame Pink

45.3K 3.5K 1.9K
                                    

—Dominic—

Evie se queda pasmada apenas le presento a Madame. Me separo un poco de ella para servirle un trago, pero ella lo rechaza, sus ojos no abandonan a la mujer frente a nosotros. Parece nerviosa.

— ¿qué sucede, Candy?

— ¿estás casado? — su voz es tan baja y débil que la puedo escuchar solo porque tengo buen oído, sin embargo no me mira.

Asiento — lo estoy con ella... ¿cuánto hace que llevamos de esposos, Madame?

La Madame se encoje de hombros a la vez que pasa por nuestro lado para servirse un trago del coñac sobre el escritorio — no lo sé, diría que un siglo o más, hace demasiado tiempo — noto el pulso de Evie acelerarse. Madame avanza hasta regresar a su sitio y observando a Evie toma de su bebida — ¿así que eres tú el nuevo juguete de este idiota?

— lo lamento tanto — sus manos tiemblan — no sabía que estaba casado, nunca me lo dijo.

Madame sonríe — tranquila, Ivonne, la verdad es que eso no me interesa — golpetea el cristal del vaso con la uña de su dedo índice — vivo demasiado lejos y sé que Dominic tiene necesidades que por obviedad yo no puedo satisfacer siempre, no pienso atacarte ni nada por el estilo. Relájate un poco — enfoca sus ojos en mí — ¿no te parece que has elegido a una demasiado joven esta vez? ¿cuántos años tiene? Eres demasiado senil para ella, además ¿qué pasó con la que me mostraste por videollamada hace un par de semanas?

Ruedo los ojos — me cansé por completo de esa chica, era un fastidio — cruzo mi brazo por los hombros de Evie — mi Candy es diferente, demasiado especial para mí.

— es raro escuchar eso de tu boca, Dominic — enfoca su mirada en Ivonne como si la analizara — sigo pensando que es demasiado joven, pero no me interesa — se da la vuelta para volver a sentarse en el sofá que estaba — cambiando de tema ¿cuándo piensas ir a ver a tus hijos? me tienen harta preguntando por ti cada día.

Resoplo apartando el pelo de mi cara — ¿por qué no simplemente los envías y ya? Están muy grandes par hacerse los estúpidos y no venir ellos. Yo estoy ocupado.

— ¿también tienes hijos? — la voz de Evie llama nuestra atención, ambos le miramos y sus grandes orbes azules cristalizados me miran con impotencia.

Acaricio su mejilla, pero ella aparta mi mano y se aleja un poco — lamento no habértelo dicho antes, pero sí, tengo dos hijos biológicos.

— ¿enserio, Dominic? — Madame me mira con fastidio — deja de tratar como estúpida a la chica — vuelve a mirar a Evie — nuestros hijos son cuatro ¿cómo diablos niegas a tus hijos?

Golpeo mi frente — lo siento, me había olvidado por completo de Damian y David — veo a Evie — ellos son gemelos.

— Ivonne, todavía estás a tiempo para alejarte de este tipo — mueve su vaso — actúa como el hombre perfecto al principio, pero ya vez como es realmente. Canalla que no sirve para más que fuente de ingresos, nunca tiene tiempo siquiera para ir a fechas importantes para sus hijos y cambia de mujeres tan frecuentemente como de ropa interior, hazme caso, no vale la pena — gruñe exasperada dejándose caer contra el respaldo del sofá y le da un trago a su bebida — de no ser por el buen sexo y dinero ya no estaría con él.

— no negaré lo que ha dicho, pero te aseguro que contigo es dife... — el fuerte y repentino golpe en mi mejilla ofrecido por su mano me hace callar.

La Elegida de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora