24 | indirectas

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— ¿de verdad tienes que irte, pequeña? & mamá me mira triste.

Asiento — mañana inicia un nuevo semestre, sabes que me falta poco para terminar.

— ven a visitarme más a menudo, aunque tengas que venir con el vampirucho.

Ruedo los ojos — te lo prometo — veo a Mica acercarse corriendo a donde estoy, me agacho hasta su altura y le muestro a Aisha — me voy a llevar a tu hija, Mica... me he encariñado con ella — la perra lame a la cachorro en mis manos — te prometo que la cuidaré bien.

Veo por el rabillo del ojo como papá y Dominic se ríen a la par de algo que conversan. Mi padre me mira y luego a él nuevamente. En estos tres días los dos han estado muy unidos, Dominic ha ayudado en todo a papá, incluso pintó todo: la casa, el establo, el granero y la cerca que rodea la propiedad (debo admitir que mis hormonas disfrutaron bastante verle sin camisa, con sombrero y botas mientras hacía ese trabajo pesado y agradecí que no tengamos vecinas cerca). El trabajo era demasiado para mi padre, pero Dominic lo hizo parecer como si fuese cosa de niños. Anoche fueron a un bar los dos solos, llegaron pasada la media noche con mi padre pasado de alcohol. Se nota que a papá le agrada mucho más que Diego, del cual siempre se estuvo quejando y llamando escuincle. Se llevan muy bien.

Ambos se acercan a nosotras. Dominic mira la hora y luego a mí — debemos irnos, Evie.

Asiento entregándole a Aisha — papi, por favor cuida a mamá, no dejes que se junte tanto con sus locas amigas — él se ríe y me abraza.

— lo intentaré, yo quiero que me prometas que serás feliz, Dominic es un gran hombre y sin contar que es un buen partido, cuídalo mucho — me susurra al oído — por cierto, ya sé que es el conde, por eso apruebo lo suyo.

Le miro sorprendida, pero no digo nada más. Me despido de mamá y de Mica para luego entrar al helicóptero cuando Dominic me abre la puerta, me ayuda a subir y me entrega a Aisha para luego colocarme el cinturón. Él se despide también y les pide que retrocedan un poco por las hélices, rodea el vehículo y sube.

Me coloco los cascos mientras tomamos altura y abrazo a Aisha mientras ella duerme — gracias por hacer tan especial este fin de semana... — hablo por el pequeño parlante conectado a los cascos. Él me mira sonriendo — te quiero mucho, señor.

— maldición, Evie. No me digas cosas así cuando no puedo tocarte o besarte.

Me río enfocando mi atención en el panorama.

{***}

Salgo del baño ya vestida y peinada. Dominic me observa mientras le da leche procedente de Mica a Aisha con un pequeño biberón especial para ella. Sonrío por lo hermoso que se ve.

— serías un buen padre para un hijo real — me burlo.

Enarca una ceja — ¿cuándo quieres tenerlo?

Casi me atraganto con mi propia saliva, él se ríe al ver mi expresión de pánico y justo allí recuerdo algo — ahora que lo pienso, nunca nos hemos protegido y casi siempre acabas en mi interior — asiente — a mí no me llega el periodo por la inyección trimestral, pero nunca me preguntarse eso ¿no te preocupa?

Niega dejando el biberón vacío sobre la mesa — no debes preocuparte, por más que quisiera, un humano no puede reproducirse con un vampiro — le miro sin entender — un humano no puede embarazar a una vampiresa y un vampiro no puede embarazar a una humana.

Eso es un dato curioso — ¿por qué no?

— porque aunque somos especies parecidas físicamente, somos muy diferentes... Para ponerlo más sencillo — lo piensa — mi esperma solo se funcionará con tus óvulos cuando seas vampiro, de lo contrario... Nada sucederá.

La Elegida de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora