26 | vivir por ti

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— ¿qué piensas decirle a Baby-Drac cuando te vea así, princess? — Madame Pink me mira una vez hemos salido de su auto.


Sostengo el tiro roto de mi blusa y no le respondo. Los chicos me miran asombrados por mi estado y yo me dedico solo a caminar bajo sus miradas y seguida por la Madame y Erika. Esta ultima se queda en compañía de Josh y los demás mientras que la Madame desaparece.


Entro al palacio donde no se ve nadie hasta que llego al salón principal donde me muerdo la cara interna de la mejilla cuando nuestras miradas entran en contacto. Como siempre, se encuentra comiendo Froot Loops en un bol dorado. Me mira fijo sin dejar de masticar y su sonrisa no tarda en aparecer. Sostengo fuerte mi blusa y me dispongo a seguir de largo, pero apenas avanzo dos pasos cuando mi cuerpo se detiene por completo. Maldigo internamente por haber caído bajo su don.



— ¿no estarías pensando que te dejaría ir así, verdad? — me gira lentamente hasta que quedó de frente a él. No puedo mover ni el más mínimo musculo — ven, mi dulce y tierna Evie... — mueve su dedo índice en su dirección y mi cuerpo se va impulsando lentamente hasta quedar frente a él. La sonrisa en su rostro es perturbadora — vamos a conversar un poco.



Me obliga a tomar asiento en el sofá frente a él y luego tira del mismo con su don, haciendo que solo nos separe un metro de distancia. Dominic me libera un poco de su control, pero mis pies siguen pegados al suelo como si fuesen imanes.


— no sabes cuánto odio esta habilidad tuya — siseo rabiosa.

— pues a mí me encanta... — entrecierra sus ojos y deja el cereal sobre la mesa a mi lado — ¿de qué otra manera podría tenerte bajo control sin usar la violencia?

Chasqueo la lengua y aparto la mirada aunque es en vano ya que se encarga de hacer que vuelva a mirarle con un solo movimiento de su dedo.


— por tu actitud de víbora asesina que tienes ahora asumo que no te han hecho nada malo a pesar de que llevas roto tu vestuario, el labio partido y roto un cristal se tus lentes, aparte, si te hubiesen hecho algo la Madame me lo habría dicho — no digo nada — sé que si se lo pregunto ella me dirá, pero quiero escucharlo de tus labios, Evie... ¿por qué estás así? — aprieto los labios entre sí, él me mira atentamente y sin borrar su sonrisa cínica — anda, habla, muñeca... ¿qué ha pasado?


Me doy por vencida — libera mis brazos para mostrarte — él lo hace y yo busco aquella carta en mi mochila para luego lanzársela  de mala gana.


La atrapa entre dos de sus dedos antes de que caiga en su rostro como quería. Abre el sobre y lee con atención, sus cejas se elevan con sorpresa, pero la sonrisa nunca abandona su rostro — "suspendida por un mes y medio por conducta agresiva..." — lee y luego me mira — ¿qué significa esto, Evie?


— que me han expulsado temporalmente ¿no acabas de leerlo ya? — mi ceño se frunce con molestia.


Él dobla el papel sin dejar de mirarme — creía que tú y yo teníamos un trato inquebrantable, Evie — murmura — tu única obligación conmigo es no dejar nunca tus estudios y ser una buena estudiante para que en un par de semestres me entregues tu titulo con honores... Eso es lo único que te he pedido a cambio de todo, ni siquiera tienes la obligación de darme tu sangre o hacer otra cosa y lo sabes bien, pero dime ¿ahora te sancionan de la universidad por un mes y medio? ¿es broma?

Agacho la mirada y me abrazo a mi mochila, él espera con paciencia mi respuesta y, a pesar de que está molesto, no deja de sonreír exactamente igual.


La Elegida de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora