La Elegida de Drácula

25 | pobre moribundo

—Dominic—

Mucho alboroto empieza a escucharse fuera del palacio. Cierro la carpeta de archivos y salgo de mi oficina para luego ver como los chicos cargan a un hombre ensangrentado dentro del salón. Evie tiene los ojos rojos y expresión de rabia en su rostro el cual tiene algunos cardenales también, se sostiene las costillas mientras sigue  a los demás. Observo todo sin comprender lo que sucede y no opino nada.

— Williams ¿puedes llamar a algún doctor o algo similar por favor? — le pide colocando sus anteojos sobre su cabeza. Noto sus manos con restos de sangre seca y por el olor sé que no es suya. Eso me calma. Aún así, puedo notar que sus costillas le duelen por como se sostiene ese sumar y respira forzadamente.

— de inmediato, señorita — se va a la cocina mientras mis chicos llevan al hombre a una de las habitaciones del primer piso.

Mike se acerca a mí y rápido me cuenta lo sucedido. Miro con sorpresa a Evie, ella me mira y solloza acercándose a mí para abrazarse a mi pecho. Le correspondo acariciando su pelo y al apartarlo noto el inmenso cardenal en su hombro. Acaricio con cuidado esa zona y me agacho para deslizar mi legua por allí hasta que el moretón desaparece por completo.

— Mike me ha contado lo que has hecho y debo decir que estoy un poco enojado por lo imprudente que has sido, Evie — me separo un poco para mirarle a los ojos — pero también me alegro de que no te pasara nada grave.

Ella se aferra a mí — dile eso a mis costillas.

Suspiro y beso su frente a la vez que limpio sus lágrimas con mis dedos — toma una ducha y unos calmantes, prometo calmar tu dolor cuando estabilice al chico hasta que llegue el doctor.

Asiente y me obedece subiendo con calma las escaleras. Suspiro nuevamente, dirigiéndome hasta donde han llevado al moribundo hombre. Le doy instrucciones de qué hacer a los chicos para desinfectar las heridas y suturar las que están abiertas luego de sedarlo. Williams viene hasta mi para decirme que el doctor se ha negado a venir porque tiene cirugía importante justo ahora.

Evie aparece un par de minutos después con su pelo mojada y claramente preocupada. Su expresión se contrae al ver como el hombre comienza a convulsionar. Maldigo internamente e intento de todo para reanimar su corazón cuando su palpitar empieza a volverse casi nulo. Escucho a Evie llorar y eso hace que el pecho me duela, ella ha notado que en cualquier momento puede morir, pero no entiendo por qué llora de esa manera por alguien que no conoce.

— le prometí que no le dejaría morir, señor... — la miro — no quiero que muera. No lo dejes morir, por favor, Dominic.

El que diga mi nombre en esta situación no me gusta en absoluto. No quiero que diga mi nombre de esa forma. No quiero verla sufrir. Miro a mis chicos, el corazón del hombre se ha detenido al igual que sus convulsiones, parece que se imaginan lo que pienso ya que niegan repetidas veces. Ellos salen de la habitación, quedando solo Jonas.

— padre, ni se te ocurra romper una regla que tú mismo has creado — me advierte Jonas.

— Jonas ¿no ves cómo está Evie? ¿no puedes escucharla llorar? Yo la escucho claramente y verla de esta forma me causa mucho dolor en el pecho.

— no puedes transformar a este hombre solo por su capricho — murmura molesto.

— sé que tienes razón, pero si dejo que muera ella no va a perdonarme nunca — respiro profundo — ¡Williams!