10: Colapso

1 0 0
                                    

-No entiendo a lo que te refieres –dije con una ceja alzada-

-Verás, Collins. Tu poder es fundamental para nosotros, eres pura aunque vengas de madre mortal. Eres tan poderosa como tu amado padre, quien creíamos que era nuestro empujón –cierra los puños- pero, desgraciadamente no era, era la hija –me mira a los ojos, en ese momento, azules y tenebrosos- Y ahora vamos a proceder.

Uno de ellos sacó una jeringa, cuyo contenido era negro. Se acercaban a mi brazo cada vez más, no tenía miedo por alguna razón.

Cerré los ojos previendo lo que iba a pasar, pero no sentí nada. En cambio, una luz cegó mis ojos.

Habían personas con puños de fuego, espinas, cadenas y hasta rocas. Eran muchas personas, los conté tan rápido como me dio el tiempo.

Contando a mis primos, eran diecinueve.

Los Phantasiae que quedaban en el mundo, estaban ayudándome.

-No creo que vayan a proceder la verdad –dice Damian apoyándose de un hombro de Max-

-Hay cosas de las que hablar –dice Charlie en el otro hombro-

En ese momento logré romper lo que me ataba a esa camilla de tortura.

Me levanté y me puse con mis primos junto a los demás Phantasiae, no sabía que hacer.

A ver Collins, puedes imaginar una película, piensa en la posible salida de esto.

"Eva..solo tú puedes hacer que tus miedos sean solo ilusiones"

"Sean solo ilusiones..."

"Ilusiones"

¡Eso es! ¡Ilusiones!

Aparecí al lado de cada Scelesto y los hice ver cadenas, les dije a los demás magos que corrieran y esperaran afuera de esa cabaña. Los encapuchados luchaban contra mi proyección.

-¿Y quién te crees para atarnos así? –dice uno de los Scelestos-

-Una simple Phantasiae, haciéndole justicia a todas las violadas memorias –salgo de ahí-

Los magos, mis primos y yo corrimos por los extensos campos de ese lugar, tratando de encontrar la puerta para salir de ahí, misión fallida.

Cuando Damian y yo logramos escondernos entre unas rosas marchitas, vimos que Charlie no estaba con nosotros.

-¡SUÉLTENME! –grita una voz lejana-

Mis sentimientos despertaron al igual que mis ojos, que se humedecieron.

Tenían a Charlie. 

PhantasiaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora