Phantasiae

3: Max Cooper

Disfruté cada bocado de pizza, y después regresé a casa mientras estaba en una llamada con mi madre, estaba muy feliz, muy emocionada por todo, y planeaba venir a mediados de otoño a pasar las navidades y para que nos viésemos. Volví al departamento a prepararme para la reunión con Max; me había vestido con un jean azul marino, camiseta roja, y plataformas. Salí con el guión en mano, y mientras llegaba a la pequeña oficina donde Max trabajaba, me temblaban cada vez más las manos.

Yo pensaba que no era lógico estar nerviosa por una reunión al hacer un vídeo, tomando en cuenta que hace unos meses, unos lunáticos casi se llevan a mi amiga por medio de la magia.

En fin, entré y en una oficina estaba él, con su pelo café alborotado y sus ojos azules pegados a una hoja. Luego de mi llegada, apartó los ojos del documento y me sonrió.

-Eva, bienvenida –me abraza-

-correspondo- Gracias Max, ¿Cómo has estado?

-Muy bien, ya sabes, trabajando –hace un ademán con la mano-

-No sabía que tenías una sede en Londres

-La conseguí hace poco, aquí hay muchos estudiantes dispuestos al cine, y yo dispuesto a ayudarlos –sonríe- Vamos, que te esperan entusiasmados.

Entramos a una sala contigua que tenía la oficina, y estaban dos personas allí; una chica alta y rechoncha con una cabellera azul y un tatuaje de rosa en el antebrazo derecho, sin olvidar sus brillantes ojos marrones.

Y por el otro lado estaba un hombre, de mediana edad si no me equivoco, de ojos verdes, moreno y con un piercing en la ceja.

-Ellos son Noah Murphy y Amelia Taylor –dice agradecido-

-Un gusto Eva –dice Amelia mientras nos estrechamos la mano-

-Max nos ha dicho mucho de ti y tu creatividad en el mundo audiovisual –dice Noah mientras nos estrechamos la mano-

-Por favor tomen asiento –prosiguió Max-

-nos sentamos-

-¿Traes el guión, linda? –dice Amelia, amable-

-Ah si –lo coloco en la mesa-

Noah y Amelia leían el guión, me daban una mirada de vez en cuando, me ponía más nerviosa, y juraría que oía mis latidos al compás del reloj que se encontraba en la pared.

-Es, excelente no, es...Es... -decía Noah mientras miraba el papel-

-¿Querrás decir, Magnífico? –ríe Amelia por el comportamiento de su compañero-

-Si, así es –dice emocionado- Te lo dije, las nuevas generaciones vienen con mentes brillantes y llenas de imaginación, solo hace falta cultivar bien la semilla –pone mi redacción en la mesa-

-Bien, ¿Qué dicen? –dice Max mientras me guiña un ojo-

-Lo tomamos –dicen los dos a la vez-

-Es un trato –estrechamos las manos una vez más-

Max me sacó de ahí y cuando cerró la puerta me sonrío.

-Felicidades, Directora Collins –me abraza-

-correspondo- No sabes cuánto te lo agradezco

-Sabes que yo siempre voy a apoyar tus ideas –ríe amistoso- Mañana ve a ésta dirección, a las nueve de la mañana ¿si?, vamos a hacer los perfiles para las audiciones.

-Vale –nos sonreímos- Hasta mañana, Max

-Hasta mañana, Eva.