15: Combinación

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Punto de vista: Eva

-¿Eva?

-A la orden -dije mientras me levantaba, no entendía la razón de ese estallido, pero sea lo que sea, había pasado-

Miré a mi alrededor, Max estaba tirando en el suelo como yo, estaba tan confundido y dudoso de lo que había sucedido como yo en un primer momento.

Abrí la ventana, pero parecía estar todo como usualmente estaba. Me pareció que ya mi cabeza estaba pasándome factura. Miré a Max a ver si él había visto lo mismo que yo, a ver si él podía desempatar la nube de curiosidad que crecía a cada segundo dentro de mi.

-¿Viste eso? -dije mirando todavía hacia afuera-

-Si...Pero parece que todo está bien, ¿no crees que quizás son alucinaciones? -dijo recogiendo el collar y dejándolo en la mesa de noche-

¿Sería verdad?

Espera ¿y si todo este tiempo he estado en una búsqueda poco fructuosa, producto de mi imaginación?

Me rehuso rotundamente a pensar en eso de aquella forma, pero miren de una forma lógica. He estado detrás de pistas que no me han llevado ni a la mitad de la resolución.

Ya no sé explicarme como seguir tratando de encontrar la mínima luz, la mínima estrella que alumbre mis incomprensiones.

Siento como todo explota, pero nada me hace daño hasta darme cuenta que en realidad un rasguño se posa en mi alma. Las desapariciones empezaron, y enseguida pensé que era algo culpa de los conocimientos malignos, pero no me detuve a pensar si en realidad Londres está en decadencia mental y delictiva.

Max estaba en frente de mi, mirándome de forma analítica, a ver cuándo despertaba de uno de mis trances.

-Eva, ahora que todo está tranquilo, quiero saber de quién eran las palabras que escuchaste -

-Es complicado, era una voz ronca y no puedo decirte si tenía género, pero era un Scelesto, cubierto totalmente por su capa hasta las narices -dije recordando-

-Eso mismo dijeron los brujos que vi en aquel campo, pero la pregunta es ¿quién es? Y ¿Porqué quiere corromper tu mente con ese amuleto? -se levanta-

Nuestras dudas no cesaban, pero no sabíamos que se iban a resolver tan pronto como empezaron. Una idea en la cabeza de mi hermano indirecto dio luz a lo que creíamos oscuro.

-Eva debemos hacer un ritual con el collar... -dijo buscando entre sus cosas que yacían en su mochila-

-Espera, espera -lo miro con las cejas levantadas- si si, está bien. A ver si entendí, tú, señor "No me gusta esa mirada porque nos meterás en problemas" vas a hacer un ritual con un talismán de magia oscura -sonrío sarcástica-

-Ahora que has aprendido a usar el sarcasmo no lo dejas ¿o si? -dice Max cansado- y si, debemos hacer esto, ¿de qué otra forma podremos saber el fondo de todo esto?.

>>Escucha, alguien puso eso entre tus pertenencias que alguna vez estuvieron en tu pasado, alguien quiere que las flores azules sean un guiño a los acontecimientos más importantes en un futuro. ¿No has tenido más sueños? -Max pasaba las páginas del libro en su regazo-

-No, nada. ¿Porqué? -me sentía en un interrogatorio sinceramente-

-Aquí dice que el objeto que usas para sacrificios y que ocasionan episodios de importancia como los que has tenido tú, tiene una "fecha de caducidad" por decirlo así. Y el mago que ha maldecido el lugar donde lo ha puesto tiene que repetir el procedimiento -me mira a los ojos- ¿No será ese el mago que has visto y oído?

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