La chica estaba aburrida y decidió dar un paseo, quizás sería mejor tomar aire fresco y entretenerse con los pequeños detalles.
Vio toda la ciudad con gran interés, quizás hacia falta fijarse en las cosas obviadas en la vida cotidiana. Ella se acercó de nuevo a su casa y jugó con el manojo de llaves en su mano, deseosa de encontrar la indicada para poder entrar. El calor del verano arrasaba a cada esquina de la estrecha vivienda donde despertaba cada nueva mañana.
Decidió acercarse al estudio donde su padre trabajaba pero no lo vio. En cambio, se dio cuenta de la cantidad descomunal de libros y grandes textos en la misma habitación. Logró divisar varias palabras como "Elementos" "Derechos" o "Teoría", pero sin duda no era algo que ella quisiera saber.
En cambio, prestó atención a uno de los libros más cercanos a la mesa donde su padre se dedicaba a escribir a altas horas de la madrugada y tempranas mañanas. El libro era negro con el interior totalmente vinotinto.
Sus páginas relatan como ejecutar las magias oscuras, como tener el poder suficiente ante algunas situaciones e incluso, como alcanzar la inmortalidad.
La chica leyó con interés algunas páginas. El sillón marrón de su padre era el mejor acompañamiento para tener una lectura lo suficientemente comprendida, pero para su mala suerte, su padre había llegado. Ella oyó como la cerradura de la puerta se abría, para sus oídos el sonido era lento, pero la realidad era otra.
Tomó como podía el libro y algo con lo que cubrirlo, no quería que su padre supiera lo que estaba leyendo de manera tan ansiosa. Una figura más alta que ella se acercaba a la puerta de el estudio, cubrió lo más rápido que pudo el texto y se volvió a la persona.
-¿Qué estabas leyendo? –dijo con severidad su padre-
-Los derechos y deberes del ciudadano –dijo mientras tartamudeaba-
-Muy bien. Es bueno que mientras uno trabaja, su hija esté haciendo algo productivo, y no esas estupideces de parques o juguetes chillones –continuó su padre mientras volvía a su lugar habitual del estudio-
-Si, debo hacer tarea papá. Nos vemos en la cena –la chica salió lo más rápido que pudo de aquel escenario, temía que si decía algo más, o se tardaba otro segundo, su padre daría un paso muy importante con respecto a su educación en el hogar-
Subió las escaleras hasta el ático, donde ella se dedicaba a hacer sus tareas veraniegas o simplemente vaguear para matar el tiempo y el calor que había en su momento.
Las sillas y estantes estaban tan inmaculadas como la mesa de vidrio al final del lugar, con unas preciosas piedras pulidas y un pequeño espejo donde ella jugaba a ser una estrella.
Tan pequeña y tan ambiciosa.
Su mente volaba entre los amores literarios y los profundos misterios que enmascaran estos. Las mantas tejidas a mano por su madre y su abuela en navidades, tan cálidas y tan hermosas que eran uno de sus tesoros más deseados.
La niña que todos creían buena, era el demonio en progreso.
Ella misma se cultivó, pero no de una manera sana o simplemente digna de saber. Era de una manera tan oscura que ni las lámparas bastaban para hacer retroceder lo opaco que era todo.
La niña creció, y quiso saber más, quiso dejar atrás todo lo que podía significar de poca ayuda para ella.
Se adentró más al mundo del daño y al mundo que todos querían alejar. Pero no, ella no dejaría que eso pasara.
La inmortalidad se volvió su tema favorito, y quiso forjar un nuevo destino. Ya no quería tener la vida que le enseñaron de pequeña.
Quería más.
Quería que todos supieran sus grandes logros y que fuera reconocida.
Sus poderes se cristalizaron, sus capacidades aumentaron, a una manera que todos temían.
Ella solo cerró el libro y salió del ático.

ESTÁS LEYENDO
Phantasiae
FantasyEva Collins, una chica de 16 años va a Londres para hacer un curso de fotografía y cine. Más adelante en su estancia, se entera de cosas sobre su familia y ella misma que la dejarán en gran duda sobre su origen. ¿Te atreves a acompañarla?