11: ¡NO!

3 0 0
                                    

Los demás magos oyeron el grito y nos siguieron. Cuando llegamos, vimos la escena de Charlie siendo atado de cuello a pies por raíces. Mis piernas dieron un tumbo pero logré estar en pie.

Charlie le costaba moverse y respirar, no sabía que hacer salvo lanzar llamas pero no hacían efecto.

-Charlie...Charlie ¿Puedes oírme? –dice Damian desesperado mientras trata de alejar las raíces-

-C-corran –decía una voz forzada-

-Entiende que no te dejaré aquí –digo furiosa por la mala hierba que acaparaba el cuerpo de mi mejor amigo-

-Eva, ¿Soy tu Niño Feliz? –me mira con sus ojos tan llenos de amistad y generosidad-

Las raíces lo dejaron caer al suelo.

-No te vayas –digo llorando-

-¿Soy tu Niño Feliz? –repite la pregunta-

-Si –lo abrazo- Lo eres, y siempre lo vas a ser.

Su cuerpo ya no emitía ninguna señal de que volvería a estar conmigo, Charlie estaba muerto.

No sentía tristeza y menos ganas de llorar, estaba furiosa. No me importaban esos desgraciados ni a cuánta gente se habrán llevado por delante, se llevó a mi familia, mi padre y mi primo, es lo único que necesito para vengarme de ellos.

Vi que muchos de los Phantasiae habían cedido, lucharon todo lo que pudieron por salvar a los mortales. Me acerqué a Max y lo volteé, cuando me miraba, lo abofeteé.

-Me quitaste a mi padre, mi vida, mi legado, y ahora a mi primo. Eres igual a tu madre, sin misericordia ni piedad por los demás –dije sin pensar-

Al parecer esas palabras lo desarmaron, porque sus ojos se humedecieron.

Empezamos a lanzar ilusiones y contrahechizos al otro, no teníamos piedad por lo que hacemos. Teníamos el dolor latente de la pérdida brotando en nuestros poros, y no dejaban que nuestro razonamiento hiciera paso.

Empecé a ver el pasado de Max, de mi, la muerte de mi padre. Todo ello me daba más coraje al seguir.

Hubo un momento en el que salió una luz de nuestros cuerpos, la de él más opaca que la mía. Esas luces encajaron perfectamente.

"El pasado cuenta las penas de una persona, sin olvidar las luces que se ocultan en las mismas"

"Sus corazones nacieron como uno solo, pero palpitaron por separado hasta el momento del encuentro"

Decía una voz lejana, aparecieron unas siluetas que no logré diferenciar.

En ese momento comprendí, que él era mi hermano. 

PhantasiaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora