Tienes tu puntito.

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A la mañana siguiente me despierto con una extraña melodía, viene del salón, me desperezo y salgo despacio, y ahí está ella en el sofá con una de mis guitarras cantando una canción que no logro reconocer.

-¿Es tuya?- le digo, ella se gira sobresaltada.

-Dios que susto...te he despertado ¿no?- yo le hago un gesto con la mano indicando que no tiene importancia- pues sí, es mía, es de las primeras que compuse.

-Es buena, y tienes una voz increíble- le digo sincero, tenía talento.

-¿Tú no compones?- dijo soltando la guitarra

-Nada como eso...eres muy buena.

Yo componía pero nunca le mostraba a nadie mis canciones, no creía que fuesen demasiado buenas.

-Bueno...lo intento.

-¿Tienes hambre?- le dije adentrándome en la cocina.

-Un poco, pero ya he visto que tienes la nevera vacía y ni café tienes- dice riendo.

-Pues venga, vístete y vamos a desayunar abajo.

A la media hora ya estábamos en el portal para ir a desayunar, ella decidió el lugar, ya que yo era nuevo en el barrio, me llevó a una cafetería que según ella tenía el mejor café y unos bollos caseros increíbles.

-¡Hola Miri!, que raro tú un sábado por la mañana por aquí y con un nuevo amigo por lo que veo- dice una chica con marcado acento andaluz.

-¡Mireya!- grito antes de abrazarla-pues ayer me despidieron así que mi jornada laboral fue bien cortita- dice molesta.

-Que cabrón el tío, no se le nota nada resentido- dice irónica la andaluza.

-Ya ves...y aún encima pierdo las llaves y no puedo entrar en casa.

-Y no me llamas mujer...- le dice Mireya en tono de reproche.

-El gilipollas de enfrente me hizo el favor- dijo riendo girándose hacia mí.

-¡Ah! así que este es el gili...digo el vecino nuevo- dice ella cortada.

Yo miré a Miriam, le había hablado de mí, no sé si era buena señal o no pero indiferente no le había dejado, me acerqué a la chica y alargué mi mano.

-Encantado Mireya, yo soy el gilipollas pero puedes llamarme Roi si quieres que es mas cortito y en mi opinión suena mejor- ella alargó la mano y yo se la besé, miró a Miriam sorprendida y se echó a reír.

Después de una corta conversación Mireya tuvo que volver al trabajo así que nos tomó nota y Miriam y yo nos sentamos en una mesa a esperar nuestro desayuno.

-Jo...lo siento Roi, he sido una borde contigo-dice apenada.

-Bueno yo tampoco fui precisamente un encanto cuando nos conocimos...me pillaste en un día de mierda, mi novia me acababa de echar, era mi primer noche en el piso...

-¿Qué le hiciste? a ver.- dice seca.

-¿Por qué le tengo que haber hecho algo?- le digo serio

-No sé...no creo que te echara sin más...lo siento no debería haberlo dicho- dice bajando la mirada.

-No te preocupes...supongo que tienes parte de razón, la verdad es que no le gustaba mi trabajo y supongo que se hartó- dije serio

-¿En que trabajas?- dice curiosa.

-Soy striper y eso a algunas chicas les puede causar inseguridad supongo- le digo serio.

-¿Striper tú? por lo que he visto no creo que tengas un caché muy elevado- dijo echándose a reír.

La vecina tocapelotas y el gilipollas de enfrente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora