Piénsalo.

193 18 2
                                    

-Me alegro Cepe, ahora vamos a llamar a tu madre, tenemos que decidir aún muchas cosas.

-¿Tú me vas a ayudar?

-En lo que pueda, pero esto no significa nada...no sé si...

-Ya lo sé Roi, lo entiendo- dijo resignado comprendiendo lo que yo estaba pensando, no sabía si le había perdonado, si algún día llegaría a hacerlo.

-Pero ahora me necesitas y tu madre también.

Entre los tres acordamos que lo mejor era que se internara al menos el primer mes , tendría que posponer varios compromisos pero la gira era en dos meses aún, tuvimos que hablar con su representante para que hiciese lo posible, y también para que esto no saltase a la prensa.

Cuando volví a casa ya estaba Miriam esperándome, sabía que algo pasaba, estaba nerviosa.

-¿Qué pasa?- le pregunté cuando la vi dando vueltas por el salón.

-Sé de dónde vienes, Encarna me dijo que vendría a verte- comentó casi susurrando, supongo que por miedo a mi reacción.

-¿Y no me lo cuentas? Joder Miriam- digo molesto sentándome en el sofá.

-Te lo iba a contar pero me lo suplicó, lo siento Roi de verdad que no quería ocultarte nada

-Vale...bueno por lo menos parece que está decidido- sabía que estaba enterada de todo, aunque no me lo contó, pero últimamente no la dejaba hablar de él así que supongo que era lógico.

-Sabia que le ayudarías, eres tan bueno Roi.

-Lo que soy es tonto- dije llevándome las manos a la cabeza ella la agarró suavemente entre las suyas y nos miramos.

-No, eres el mejor, lo mejor que nos podía pasar a todos los que te rodean cariño, sé que esto no es fácil, que no es lo mejor para nosotros, y menos en este momento, pero te admiro tanto por lo que haces- besa mi frente.

-Desde luego no es lo mejor para nosotros...pero no puedo abandonarle ahora, sé por lo que está pasando y no puedo.

-Solo te suplico una cosa...no dejes que esto nos destruya, sigue luchando también por nosotros por favor- me pide entre lágrimas.

-Siempre Miri- le contesté convencido, lucharía, lucharía hasta que no me quedara gota de sangre en el cuerpo, porque ella era mi felicidad, eso lo tenía claro.

Dos días después Cepeda estaba listo para su viaje, acepté acompañarlos al aeropuerto tras la insistencia de Encarna, sé que Miriam quería venir pero no se atrevió a decírmelo y yo pensaba que quizás no sería bueno para Luis enfrentarse a ese encuentro en este momento.

-Mucha fuerza, esto va ser quizás lo más duro, vas a estar solo, pero después será más fácil te lo prometo- le dije con la mano en su hombro.

-Gracias, por todo y sobre todo por apoyar a mi madre, sé que te necesita- dice sincero.

Encarna está agarrada a su cintura, no quiere soltarlo, nos mira enternecida a pesar de lo difícil de la situación.

-No te preocupes por nada ahora, solo piensa en ti y cuando vuelvas estaré para ti para lo que necesites.

Se lanzó a mis brazos al instante, yo intentaba mantenerme distante con él pero no pude, en cuanto sentí sus sollozos le apreté fuerte contra mi intentando trasmitirle fuerza, sabía que la iba a necesitar. Me despedí de Encarna, había decidido viajar con él, a pesar de no poder ir a verle a la clínica mientras estuviese allí, pero quería estar cerca de su hijo.

-¿Cómo ha ido?

-Ha sido duro pero sé que es lo mejor, allí estará bien pero Encarna allí sola...

La vecina tocapelotas y el gilipollas de enfrente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora