Me importas

341 25 1
                                    


-Buenas noches vecina- digo mirándola molesto en cuanto llego a mi puerta, ni siquiera lo disimulo.

Miriam se separa avergonzada de su acompañante y baja la mirada al suelo, él me mira serio, de arriba abajo y se acerca a mí despacio.

-¿Qué miras? ¿Se te ha perdido algo?- me dice en tono un poco amenazante, yo esbozo una leve sonrisa.

-A mí no, ¿y a ti?- parece molestarse por mi comentario, Miriam se acerca a él y le coge la mano incómoda por la situación.

-Javi, este es Roi el vecino del que te hablé y solo nos estaba saludando- dice ella reprendiéndolo con suavidad.-Hola Roi, este es Javi.

-Su pareja Javi- apunta él.

-Pues encantado, me han hablado de ti, su jefe...¡ah! bueno eso ya no ¿no?- dije con cierto rintintín, Miriam me mira un poco molesta y el tal Javi se acerca más a mí.

-Mira Roi, así te llamas ¿no?, creo que vas sobrando aquí, me parece que te tomas muchas confianzas con mi novia...mejor te vas a dormir- dice intentando claramente intimidarme, yo sigo riendo pero me está entrando una mala hostia por el cuerpo.

-¿Y si no qué?- digo encarándome con él, yo no soy ni mucho menos agresivo pero me estaba tocando un poquito lo que vienen siendo los cojones.

-Que te vas a ir más calentito, nada mas- dice poniendo su dedo índice sobre mi pecho.

-Oye amor, tranquilo ¿no?- le dice ella cariñosamente, no me jodas si es un gilipollas. Sí, este si es gilipollas.

Él se aleja de mí sonriendo, agarra a Miriam por la cintura y la besa ardientemente, es evidente que para joderme, se nota que tiene celos pero más evidentes son los míos. Decido darme la vuelta y meterme en casa, esta situación es ridícula, ella no es nada mío, no tengo derecho a estar celoso, aunque no sé cómo puede estar con el tío este después de todo lo que le hizo, pero es su vida. No vuelvo a verla hasta dos días después.

-Roi...¿estás bien?- dice ella en cuanto le abro la puerta.

-Claro divinamente, ¿por qué no iba a estarlo?- digo sarcástico

-Pero ¿por qué te enfadas conmigo?, no te entiendo- dice ella molesta- y tampoco entiendo tu actitud del otro día, fuiste un borde con Javi- ¿enserio?, yo fui un borde dice.

-No si él fue todo un amor, pensé que me iba a dar unos mimitos y todo...

-Roi tío...eres un gilipollas- dice ella enfadada.

-Sí, eso ya lo sabías, pero tu Javi no se queda atrás...no me creo que volvieras con él- digo molesto.

-¿Y a ti qué coño te importa mi vida?, métete en tus cosas- me grita ofendida.

-Mira, la que me metió en tus cosas fuiste tú, te lo recuerdo, y claro que me importa- le digo alzando el tono

-¿Por qué? ¿Por qué te importa?- dice confusa.

-Porque soy un gilipollas, por eso- le solté, acto seguido le cerré la puerta en las narices.

Me importa, me importa demasiado y tengo muy claro el por qué, estoy enamorado de ella, así de simple. Desde ese momento la evité todo lo que pude incluso pensé en cambiarme de piso pero no fue necesario, ella apenas pasaba por casa, la oía llegar alguna mañana, la observaba por la mirilla. Se volvió una verdadera obsesión, cuando llegaba del trabajo hacia un tremendo esfuerzo por quedarme despierto para oírla, a veces la veía observar mi puerta de pié en el rellano. Así pasaron los días, las semanas, incluso meses hasta que evitarla no me fue posible ya que aquella mañana ella esperaba sentada frente a mi puerta.

-¿Qué haces ahí Miriam?- dije en tono cortante.

-Quiero hablar contigo- dijo ella levantándose y poniéndose frente a mí.

-No son horas de hablar, son las siete de la mañana- dije yo desganado- venga apártate.

-¿Y si no que? ¿Qué vas a hacer?

-Miriam...

-¡Miriam nada!- grito ella- vamos a hablar y punto.

Yo suspiré, agarré mis llaves y abrí, le hice un gesto para que entrase y yo la seguí. Se sentó en el sofá y me miró esperando que me sentase a su lado, pero no lo hice, me quedé de pie mirándola y me llevé las manos a la nuca, es un gesto que no puedo evitar cuando estoy nervioso.

-Bueno ¿de qué quieres hablar Miriam?- dije impacientándome.

-Pues haber...de que te pasa, de por qué estás así conmigo...por ejemplo- dijo cruzándose de brazos.

-¿Así como?- esquivo la pregunta.

-Vamos Roi, me evitas y las pocas veces que me ves me miras con resentimiento como hoy, como el día que vine a verte- dice apenada.

-Lo siento Miriam, simplemente te evito porque no quiero verte, no quiero hablar contigo...

-ah ¿no? ¿Y por qué me miras por la mirilla cada vez que llego?¿te crees que no te escucho?-yo me quedo frío, me muero de vergüenza.

-Bueno...pues yo...

-Roi ¿tú que sientes por mí?

-¿Y eso que importa?, tú estás feliz con tu novio ¿a quién le importa lo que yo sienta?-le pregunto confuso, no entiendo a que viene su pregunta.

-A mí me importa- dice seria.

-¿Por qué?, ¿por qué te iba a importar?- le digo molesto, no entiendo lo que quiere de mí, es más que evidente lo que siento por ella.

Ella se lleva las manos a la cabeza, juega nerviosa con los mechones de su cabello y luego se levanta y camina hacia mí, yo la miro extrañado no entiendo que hace, ni porque lo hace. Me mira a los ojos durante unos segundos, siento que está leyendo mis pensamientos, me siento totalmente transparente y mis ojos se humedecen sin que pueda evitarlo.

-Me importa...porque soy gilipollas, por eso- dice ella con una leve sonrisa, no puedo disimular la mía al escuchar esas palabras de su boca, las mismas que yo le dije dos meses atrás.

-Pues vaya par de gilipollas estamos hechos- digo riendo- bueno...tú me importas, yo te importo, y ¿ahora qué?

-Ahora podemos dejar de fingir que no lo hacemos- dijo poniendo su mano en mi mejilla.

Y eso hicimos, dejamos de fingir, ella me importaba y yo le importaba a ella, dejamos de ignorarnos, y pasábamos tiempo juntos siempre que podíamos pero era complicado al menos para mí, ella seguía con él y a mí me costaba la misma vida ocultar mis celos pero merecía la pena por tenerla en mi vida. Para ella tampoco era sencillo, sé que le ocultaba nuestros encuentros, sé que le mentía para estar conmigo pero no hablábamos de ello, yo para no incomodarla y ella...no sé porque lo hacia ella, quizás para no hacerme daño ya que era consciente de mis sentimientos, o quizás como yo soñaba, para no enfrentar lo que realmente sentía por mí.

Sé que era un sueño ridículo, ella no sentía nada por mí más que una amistad ¿por qué si no seguiría con el puto Javi? no puedo con él pero no es mi asunto, al igual que el hecho de que Miriam volviera a trabajar en el hotel. Él pretendía controlarla con el trabajo, era evidente, además para mí ese empleo le cortaba las alas, tenía un talento increíble.

-Oye Miri, ¿al final vas a poder venir?- le pregunto mientras comemos en mi casa.

Había una fiesta de la cadena e iban a asistir varios artistas, había música en directo, le había propuesto acompañarme, sé que le haría ilusión y podía ser una buena oportunidad para ella.

-No sé...no sé si podré Roi, de verdad me encantaría pero...

Sabía el porqué, no hacía falta ni decirlo, era nuestro tema tabú así que la corté.

-Sí Miri, ya sé...lo de siempre- dije algo molesto.- me jode por ti, sé que te mueres por ir...pero tú sabrás- intento disimular mi enfado, pero es más que evidente.

-Roi no empieces- dijo seria y cortante.

Decidimos dejar el tema, el que siempre acababa mal, nos necesitábamos y nos queríamos y éramos plenamente conscientes que una discusión sobre esto acabaría con todo y ninguno de los dos lo quería.

La vecina tocapelotas y el gilipollas de enfrente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora