#Despedida.

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Habíamos sobrevivido a la primera crisis, pero no era nada comparado con lo que se nos venía encima, nunca imaginamos lo difícil que iban a ser los meses siguientes.

A raíz de la publicación de nuestras fotos en aquella basura de revista se desencadenó una persecución salvaje contra nosotros, las redes ardían con comentarios horribles sobre Miriam, que si era una aprovechada que quiso agarrarse a la fama de Pablo, que le había usado hasta hacerse un nombre y ahora ya no lo necesitaba...Conmigo también se despachaban a gusto pero no me importaba, lo que sí me jodía era el acoso al que nos sometieron los paparazis, nos seguían a todas partes, los primeros días acamparon prácticamente en mi puerta.

Lo bueno era que Miriam tenía en breve una pequeña gira por Latino américa y podría desconectar de esta mierda. A pesar del comunicado de Pablo el acoso en las redes no cesó, y el interés de la prensa tampoco, empezaron a indagar sobre mi vida, incluso sacaron a relucir mi relación con Mía, eso sí me hundió.

-¡Dios pero esta basura como puede dormir por las noches!- grité arrojando el mando contra la pantalla de la tele.

-Cariño no lo veas por favor...son basura tú lo has dicho- dijo acariciando mi cabello.

Estaban hablando de nosotros en un programa de cotilleo, especulando con cuanto tiempo llevaríamos juntos y engañando a Pablo, enseñando imágenes de Miriam abrazándome en el entierro de Mía.

-¿Cómo coño se atreven a insinuar eso? ¡Dios!- dije golpeando la mesa- ¡su familia no tiene porque soportar esta mierda joder!

-Tranquilo Roi vamos...ellos saben la verdad, saben cuánto la querías- dijo frotando con fuerza mi espalda, sabía que eso siempre me calmaba.

Yo rompí a llorar, no quería ni pensar que los padres de Mía creyeran algo así, no entendía cómo podían usar tan alegremente esas imágenes en las que se veía claramente mi dolor, mi desesperación, a su familia rota. Decidí tomar acciones legales, como mínimo para que no usasen las imágenes del entierro, aunque sabía que hacer caso de la que se estaba montando atraería más atención, pero habían ido demasiado lejos. Por desgracia también me desahogue en redes sobre el tema, eso sí fue una mala idea, no atrajo más que comentarios de gente, por llamarles algo, que se cebaba conmigo y hacía bromas sobre Mía. Hay seres, porque decir personas es incorrecto, que no tienen vida ni empatía-¡hay que estar puto enfermos!- les grité a las cámaras que se apostaban en mi puerta cuando salí, no era dueño de mis actos.

Hay que decir también que mucha gente nos apoyó, nos mandó cariño por redes, aún había personas con dos dedos de frente que no dudaban en manifestar su rechazo por el uso de la muerte de Mía para alimentar el morbo. Muchos compañeros de Mía y muchos de mis compañeros lo hicieron también, incluso Pablo, cosa que no dejaré de agradecerle nunca, la cosa pareció calmarse un poco aunque la prensa siguió al acecho.


-Dios Miri no sé si podré soportarlo, te voy a echar mucho de menos- le dije despidiéndome en el aeropuerto.

Llegaba el día, comenzaba su gira por América latina, iba a estar casi dos meses fuera, estaba feliz por ella, por su carrera y porque se podría alejar de toda la presión mediática en la que nos vimos envueltos estos dos meses, pero no sé si podría soportar tanto tiempo sin ella, desde el día que apareció en mi puerta con las maletas no habíamos dormido separados ni una sola noche, bueno excepto la de nuestra bronca.

-Sobrevivirás, no seas exagerado- dice ella riendo- Roi-se puso seria- no vuelvas a entrar al trapo...por favor ignóralos- dice preocupada acariciando mi mejilla, estaba nerviosa con el tema y sabía lo que me afectaba.

-Te lo prometo Miri, no te preocupes- dije antes de besarla fugazmente ella me miró extrañada en cuanto me separé-parece que tenemos público- digo señalándole un corrillo de gente móvil en mano.

-Me la suda, te voy a echar mucho de menos y no me van a joder mi despedida, si quieren espectáculo...están de suerte- dice riendo traviesa.

Se lanzó a mis brazos y me besó con tanta pasión que apenas pude mantener el equilibrio, la levanté y ella rodeo mi cintura con sus piernas y pegó su frente a la mía.

-Te quiero Miri, no me olvides ¿me oyes?

-Eso nunca...sabes que yo solo quiero estar aquí contigo- me dice sonriendo, esa frase, la que siempre me decía y resultó que era cierta después de todo.

Volvimos a besarnos esta vez suavemente, de forma dulce y tierna sin dejar de mirarnos, era nuestra manera de decir cuánto nos íbamos a extrañar. Pero después de unos minutos mirándonos en silencio al final tuve que bajarla, se abrió el embarque y su representante no dejaba de dar por culo, ¿ya he dicho que lo odio? El puto Álvaro, no me gusta un pelo, siempre creí, desde aquel día en la emisora, que estaba enamorado de Miriam pero no le culpo, en realidad le entiendo.

-Volveré pronto, te quiero- dijo adentrándose en la puerta.

-Aquí te espero Miri- le grité ya con las lágrimas corriendo por mis mejillas, las que había reprimido estoicamente desde que salimos de casa.

Me quedé allí de pié mirando la puerta y llorando sin control hasta que sentí una mano acariciar mi brazo.

-Hola...perdón que te interrumpa...- dice tímida al ver mis lágrimas- solo quería decirte que mucho ánimo a ti y a Miriam, hacéis muy buena pareja y se ve que os queréis mucho, ni caso a toda la basura que sale por ahí, hay mucha gente que os quiere- me dice emocionada una chica de unos 14 años.

No pude evitar sonreír, era muy tierna y se le veía preocupada por nosotros, me trató con mucho cariño. La verdad da gusto encontrarse con gente así, no pude resistirme a abrazarla y ella comenzó a llorar.

-Gracias de verdad eres un cielo- le dije acariciando su espalda.

-Jo gracias a ti, me has alegrado el día- dice ella llorando.

-Tú sí que me ha alegrado el día, yo estaba aquí llorando por lo que voy a echar de menos a mi Miri y me has sacado una sonrisa.

Me despedí y volví a casa, estaba triste por la ausencia de Miriam y por todo lo que estaba pasando pero llegué feliz gracias a aquella chica, me hizo darme cuenta de lo que era realmente importante. Las redes, los medios, no son la vida real, la gente es lo que importa y gracias a dios abundan más las buenas personas, o eso es lo que siempre creí yo, aunque en las últimas semanas se me hubiese olvidado.

-¿Pero qué haces aquí?- digo en cuanto abro la puerta, es extraño que venga a estas horas.

-Te he visto llorar como un bebé en el aeropuerto y me has dado penilla- dice ella riendo.

-¿Pero qué dices Laura?- pregunto extrañado.

-¿No lo has visto? Sois TT en twitter...estabais tan monos- dice ella tierna.

-No me jodas, de verdad que no nos van a dejar en paz nunca- dije molesto.

-Pero no te enfades...son todo mensajes muy bonitos y tú estás adorable cuando lloras, ¿y cuando la tienes en brazos y os miráis sin decir nada? ¡bua! sois lo más dulce que he visto, casi lloro y todo.

-Cállate anda- le digo cogiendo el móvil.

Cotilleé un poco y encontré el hashtag #despedidamiroi, por lo visto así nos llamaban los tuiteros por la combinación de nuestros nombres, la verdad es que las imágenes eran preciosas, pero bueno, que voy a decir yo. La gente estaba como loca compartiendo el vídeo, diciendo lo enamorados que estábamos, la pareja tan tierna que hacíamos y comparando nuestro vídeo con algunas escenas de película. La verdad, estuve a punto de retuitearlo pero sabía que se podía volver en contra nuestra, no quería dar más bombo para que se metieran en nuestra vida pero sí se lo mandé a Miri por privado y Laura obviamente lo compartió con un montón de corazoncitos.

-Yo soy la mayor fan Miroi, de hecho si no se me adelantan voy a fundar el club de fans en Twitter- dice ella orgullosa.

-Ay mi niña... a veces pienso que no has cambiado nada desde que te conozco- digo riendo acordándome de mi Laurita de 11 años.

-Habló la madurez personificada- dice ofendida.

La vecina tocapelotas y el gilipollas de enfrente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora