Confía en mí.

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Cepeda ha vuelto ya, he hablado con su madre, parece que está bien aunque un poco nervioso por la gira, por la presión mediática que todos suponemos que va a haber alrededor de ella y en como esto afectará a su recuperación. Va seguir una terapia con un psicólogo especializado en estos casos que le va a apoyar en todo lo que necesite. Sé que también está preocupado por Miriam, por como lo va a llevar, y por mí, sé que le mata la culpa.

Yo no tengo ni idea de cómo me voy a sentir con su cercanía, realmente les he perdonado pero en el fondo el miedo está ahí, no le he dicho nada a Miriam, no quiero preocuparla.

-Roi cariño...ya me voy- dice un poco triste.

-Oye, alegra esa cara, todo va a ir bien, tú de lo único que te tienes que preocupar es de partir el escenario- acaricio su melena, ella me mira sonriente pero es evidente que está asustada, tiene miedo de lo que pueda pasar con nosotros.

-Por favor, sigue confiando en mí- pega su frente a la mía-yo te quiero y antes de hacerte daño de nuevo me mato te lo juro, antes muerta que perderte.

-Calla no digas esas cosas...confío en ti, te quiero-la beso.

-Te llamo esta noche.

Sale de casa con una pequeña maleta, sé que no se va tranquila, yo tampoco lo estoy pero pronto estará de vuelta, solo estará el fin de semana, tiene concierto en Barcelona y Valencia. Supongo que esta es la prueba de fuego, las primeras fechas de la gira, veremos cómo reacciona la prensa, como lo llevan ella y Luis...y como lo sobrellevo yo.

No he visto a Luis todavía, solo he hablado con él por teléfono, me llamó una noche que se le hizo cuesta arriba, estaba llorando, sentía que iba a caer de nuevo, los ensayos de la gira eran difíciles para él, ver a Miriam le hacía recordar aquella noche en la que me había traicionado y no lo soportaba. Intenté tranquilizarlo pero no fui capaz de ir a verlo, lo único que me calmaba era saber que su madre estaba con él, habían alquilado un pequeño piso en el centro y ella decidió quedarse el tiempo que fuese necesario.


Esa misma noche, en el primer concierto de la gira, estalló la bomba, la mayoría de titulares hacían referencia a su relación, las fotos que los acompañaban intentaban captar miradas cómplices, un simple roce entre ellos, cualquier gesto, aunque se veía claramente que habían hecho lo posible para evitarlo.

Las portadas del día siguiente no fueron menos, y mi foto aparecía bien cerca para ilustrar la historia, la verdad no me importó mucho, para mi sorpresa me dejó casi indiferente.

-¿Cómo lo llevas?- me preguntó Laura.

-Pues sorprendentemente lo llevo bien- contesté sincero.

-¿De verdad? Pues me alegro, ya se cansarán, si no entráis al juego en unos días pasaran a otra cosa- afirma contenta, sé que lo está porque me ve tranquilo.

-¿Y mi ahijado que tal?

-¡Ay por eso he venido!- dice rebuscando en su bolso- mira- me tiende una foto, la miro curioso y enseguida me doy cuenta de lo que es.

-Se parece a mí ¿a que sí? va a ser guapísimo- digo orgulloso sin apartar la vista de la ecografía.

-Mira mejor tonto...¿no ves? ahí- dice señalando una zona de la imagen, tardo en entender lo que quiere decirme pero al fin caigo en la cuenta.

-Ay, no me digas...¿una niña?- ella asiente y la abrazo- va ser preciosa como su madre.

-Roi ¿otra vez llorando?...ay mi niño- dice limpiándome las lágrimas.

Cuando me despido de Laura no dejo de pensarlo, siempre había querido una niña, supongo que desde muy joven, ya que siempre deseé tener una hermana y no había podido ser. Lo que tenía claro es que una de mis misiones como padrino iba a ser enseñarle a tocar la guitarra, con el permiso de Pablo claro, pero sé que él prefiere enseñarle con el piano.

La vecina tocapelotas y el gilipollas de enfrente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora