La vecina tocapelotas y el gilipollas de enfrente.

¿Padres?

Me quedé pensativo, ella me miraba muy seria, ¿realmente cambiaría algo? No sabía que decir, tenía claro que quería ser padre, lo sabía desde hacía años, pero también tenía muy claro que no veía mi futuro sin ella.

-Roi...

-No-contesté decidido.

-¿No qué?

-Que no cambiaría nada, que en mi futuro solo te veo a ti Miri y eso no va a cambiar, siempre quise tener una familia con hijos pero solo la quiero si es contigo...si tú no...

-Para el coche- dijo seria.

Yo lo hice, paré en el primer sitio que pude, un poco asustado por la conversación que estábamos teniendo, temiendo que ella tomase una decisión que ya había tomado antes, que me dejase como había hecho con Pablo.

-Miri, no se te ocurra dejarme- le supliqué desesperado- yo...no necesito más de lo que tenemos, te quiero y mi futuro eres tú.

-Cállate- dijo agarrando mis manos-sé que me quieres y sería una autentica imbécil si te dejara, pero también sé que es importante para ti, yo...no pienso hacerte renunciar a...

-Miriam no, no hagas esto...yo no puedo ser feliz sin ti- dije al borde de las lágrimas, me temía lo peor, ya le había escuchado antes hablar así.

-Roi, no se te ocurra llorar- me dijo muy seria pero pronto esbozó una sonrisa- ¿sabes que veo en mi futuro? A ti, conmigo siempre, queriéndonos, creciendo, triunfando en nuestros trabajos y a veces te veo a ti...con un niño en brazos y llorando a mares, porque vas a llorar y lo sabes, feliz y orgulloso mirándome.

Seguí llorando pero no era de miedo, sino por la imagen que me estaba describiendo, parecía que ella tenía la misma ilusión que yo en el futuro, o eso esperaba, que no lo hiciera por mí, por sentirse presionada.

-Una niña dirás- dije sonriendo sin dejar de llorar- pero...Miri no lo hagas por hacerme feliz a mí, no quiero que te veas obligada a hacer algo que no quieres.

-Sí lo quiero, es algo que nunca me había planteado, hasta que estuvimos juntos- dice acariciando mi mejilla- no voy a mentir es una cosa que me asusta pero lo deseo mucho...no ahora- recalcó mirándome.

-ya lo sé, eres joven pero yo...

-Si claro, tu eres un viejo carcamal- dice irónica- solo tienes 31 años mi vida- dice acercándose a besarme- bueno dejamos esta conversación para más adelante.

-¿Cuanto más?- dije intentando disimular mis ganas.

-Roi...más adelante ¿vale?

-Vale, cuando estés lista- dije abrazándola, no me importaba mucho el cuándo, sabía que entraba en sus planes formar una familia conmigo y con eso ya era feliz.

Llegamos a Madrid agotados pero muy contentos, este viaje había dado un empujón a nuestra relación, un paso adelante que nos llenaba de confianza y de nuevas ilusiones además de haber significado la solución al conflicto de Miriam con sus padres.

-Es que...cada día te quiero más- dice acostada en mi pecho, yo la creía dormida.

-Yo a ti no puedo quererte más de lo que te quiero, lo siento.

-Eso pensaba yo y ya ves- dice mirándome sonriente- Gracias Roi, lo que has hecho...si no fuera por ti posiblemente nunca hubiese hablado con ellos, y con lo cabezota que es mi padre...

-Querrás decir con lo cabezotas que sois los dos ¿no?

-¿Cómo?- me mira enfadada, yo la miro serio y ella cambia su expresión- Vale sí, los dos.