Estoy mejor.

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Estaba decidido me iba a lanzar, dedicar tiempo a mi gran pasión, esto suponía dejar alguno de mis trabajos y no fue fácil, hablé con Ricky para que me aconsejase y llegamos a la conclusión de que lo mejor sería aparcar el programa de televisión. La radio había sido mi vida y me encantaba, me veía incapaz de dejarlo, al menos por el momento.

Mi rutina pasó a ser, las mañanas en la radio de lunes a jueves y las tardes en el estudio componiendo, además de trabajar con algunos artistas que, atraídos por el tremendo éxito de Lu con su disco, vieron en nosotros una buena opción. Aunque intentaba estar en casa siempre que Miri estaba en la ciudad, pero en plena gira los días se podían contar con los dedos de una mano.

-Roi cariño en dos horas llego ¿vas a poder venir a buscarme?

-Claro, pero pensé que venías por la noche...

-Quería llegar pronto, este mes casi no nos hemos visto...Roi yo...tengo que decirte algo y no sé...

-¿Qué pasa?

-Es que...Encarna ha tenido que volver a Ourense y...

-¿Qué?

-Me ha pedido que Luis se quede con nosotros, el no quería pero...no sé, creo que no es bueno que esté solo.

-Bien.

-¿Seguro?

-Sí, seguro...nos vemos en dos horas.

-¿Pero seguro que está todo bien?

-Sí Miri, tranquila todo está bien.

Estaba nervioso, si bien había hablado mucho con él no nos habíamos visto desde aquel día en el aeropuerto, creo que a él también le resultaba duro estar conmigo. Pero hablábamos a menudo, cuando estaba mal, cuando flaqueaba me llamaba, no podía ni quería preocupar a su madre.

-¡Roi!- grita en cuanto me ve y comienza a correr hacia mí, hacía dos semanas que no nos veíamos y lo estábamos deseando.

Nos besamos con ganas y nos abrazamos, sin poder evitarlo busqué la mirada de Luis, no parecía triste ni incómodo por nuestras muestras de cariño, yo aún no tenía claro sus sentimientos hacia Miriam, aunque me repitió una y otra vez que no sentía nada yo lo dudaba.

-Hola Cepe, ¿qué tal?- le pregunte acercándome y dándole una palmada en el hombro, estaba nervioso eso era evidente.

-Bien supongo- dijo con una ligera sonrisa-Roi puedo irme a casa, no tienes que...

-Tonterías, te vienes con nosotros, vamos- pude ver su cara de alivio en cuanto acabé la frase, enseguida me sonrió.

Fuimos hacia casa charlando animadamente sobre su gira, sus últimos conciertos, se veía que estaba ilusionado, se notaba que estaba mejor. Cuando llegamos a casa él se metió en la habitación que le había preparado, sé que lo hizo para dejarnos intimidad pero en el fondo quizás le dolía, era algo que no me quitaba de la cabeza.

-Como te he echado de menos- me dice ella agarrada a mi cintura, ya devorando mi cuello.

-Y yo a ti, me alegro que haya ido tan bien- ella seguía a lo suyo, comenzó a acariciarme por debajo de la camisa- Miri, tenemos un invitado en casa...no deberíamos- realmente tenía miedo que esto le afectara.

-Roi venga...estará descansando y a lo suyo, no seas tonto.

-Pero no quiero que se agobie, que sufra, sé que siente algo por ti...

-No es cierto y te lo puedo asegurar- dice ella mirándome seria-¿Recuerdas a María? Pues han vuelto a hablar.

María era la chica que le había roto el corazón, habían estado tres años juntos y sufrió mucho cuando lo dejaron aunque nunca me contó lo que pasó exactamente.

La vecina tocapelotas y el gilipollas de enfrente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora