Capítulo diecisiete: Rubia*

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Fabio

Estábamos en el último piso del restaurante, era difícil conseguir una mesa que no estuviera reservada, por suerte la gente del restaurante ya me conocía y tenía ciertos privilegios con ellos. Melanie había tardado mucho tiempo decidiendo que quería comer, la especialidad de la casa era la carne.

─ Vaya, pensé que nunca ibas a poder decidirte.- le dije. La muchacha que nos atendió había tomado nuestra orden y se había llevado nuestros menús.

─ No es mi culpa que todo sonara tan delicioso. ¿Vienes acá seguido?- ella habló rápidamente, con algo de nerviosismo en su voz, vi como paseaba su mirada por el lugar como si tuviera miedo de algo.

─ ¿Te dan miedo las alturas?- me atreví a preguntar porque fue la única explicación que encontré.

─ ¿Qué?- chilló, una risita nerviosa salió de sus labios.- No, claro que no.- 

─ Claro.- quise reír pero me contuve.- Y sí, es mi restaurante favorito acá.-

─ Ah, genial.-

─ Ahora que estamos completos podríamos venir un día todos.-

─ Cierto, Tyles ya debe estar aquí.- 

─ Seguramente detrás de Mía.- bromeé. 

─ Te aviso desde ya que si le rompe el corazón voy a quebrarle la nariz.- me reí, sobre todo por la seriedad con la que lo dijo.

─ No lo creo, está loco por ella.  No podría ni contarte las mil y un veces que Jeremy me envió fotos suyas cuando la veía por la ventana. Tenía miedo de que la chica lo demandara por acoso.-

─ Créeme, yo temía lo mismo para Mía.-

Una chica diferente a la que nos había atendido en un inicio llegó con nuestra comida. Tenía el cabello recogido en un moño, su piel era trigueña, de ese tipo de piel que brilla. Me miro con sus grandes ojos oscuros cuando puso mi comida en la mesa.

─ ¿Algo más en lo que pueda servirles?- ella paso su mirada de mi a Melanie.

─ No, todo en orden.-

Me observó una última vez y luego se fue. Cuando regresé mi mirada a Melanie ella tenía una gran sonrisa pintada en su cara. Una sonrisa pícara, me recordaba a...

─ ¿Qué?- pregunté removiéndome en mi asiento.

─ Oh, nada, nada.- ella tomo sus cubiertos pero no dejo de sonreír.

─ Dime.-

─ No te hagas.- 

─ ¿De qué hablas?-

─ La chica, la mesera. Solo le hizo falta babear.- 

─ ¿Qué?- me reí.

─ No me digas que no lo notaste.-

─ Mel, solo estaba haciendo su trabajo.-

─ Claro.- ella rodó los ojos.

A diferencia de Liam, yo no era fan de alardear con respecto a mujeres. Sí había notado la mirada de la chica fija en mí, pero perfectamente podría haber sido una coincidencia.

Melanie dejo de molestar con la idea de la camarera enamorada de mí y comenzó a devorar su comida.

─ Tenías razón, la comida es deliciosa.-

─ Te lo dije, vengo a este lugar siempre.-

Terminamos de cenar, yo estaba lleno pero ella pidió un postre al final. Me recordaba a Liam, en definitiva. 

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora