Capítulo tres: La invitación*

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Mía

Escuché la alarma a lo lejos en mi habitación, me recordé a mí misma dormir con el teléfono apagado, o jamás volver a poner una alarma. Sin abrir los ojos tome el teléfono esperando apretar los botones correctos. Rodé sobre la cama para darme cuenta de que Melanie se había ido.

─Son las diez de la mañana, señorita.- en la puerta estaba nana, ella era una empleada de la casa pero era mi favorita, la conocía desde pequeña, me había cuidado toda la vida.- ¿Puedo?- me preguntó, asentí rápidamente y ella entro en la habitación con una bandeja de madera y un delicioso desayuno sobre ella.

─ Mmmm.- inhalé, sintiendo el agradable olor.- Eres la mejor cocinera.- le dije.- Pero no se lo digas a mamá.-

Ella me sonrió. Rosé era el verdadero nombre de la adorable mujer, tenía quizás unos sesenta años, y unos veinte trabajando para la familia, era como mi segunda mamá.

─ Aquí tienes.- ella colocó la comida en mi mesa de noche.- Tus padres han salido temprano esta mañana, la fiesta de aniversario de la empresa es mañana y andan como locos. ¿Ya tienes tu vestido listo?-

─ Estoy muy segura que debo ir hoy a traerlo.-

─ ¿Quieres que mande al chófer cariño? He escuchado que estas vacaciones serán diferentes para ustedes.- me guiñó un ojo.- Tú y Melanie deben tener muchas compras que hacer.-

─ Te lo agradecería mucho nana.- le dije.- Hablando de Melanie, ¿A qué horas se ha marchado?-

─ Ha salido muy animada temprano, esa chica... ¿De dónde saca tanta energía? - yo me preguntaba lo mismo.- Me dijo que te avisara que estaría corriendo.-

─ ¿Sabes si regresará?-

─ No menciono nada, será mejor que le escribas.-

─ Claro. Muchas gracias nana, estaré abajo en unos minutos.-

Nana se fue y yo me dispuse a desayunar.

"En donde estás"

Le envié un texto a Melanie.

"Me cansé de correr. Richard vino al parque por mí, te veré en la tarde, besitos."

Terminé de desayunar, tome una ducha y me cambié. Habían pasado tres horas quizás cuando escuché el ruido de los carros y supe que mis padres habían vuelto a casa. Baje las gradas para saludarlos. Ryan estaba en la sala viendo algún deporte en la televisión.

─ Hola chicos.- mamá saludó. Abracé a papá y luego a ella.

─ ¿Por qué tan temprano en casa?- Ryan se levantó para ayudar al chófer con unas cajas y dejarlas sobre el sofá.

─ Son invitaciones.- señalo papá.

─ ¿Crees que podrías ponerlas en el correo?- mamá miro a Ryan y el asintió.- Y está.- mamá me extendió un sobre que traía en su cartera.- Es para los Tyles.- mi corazón se congeló.- Esperaba que pudieran recibirla de tu parte, son nuestros vecinos, espero no estarte pidiendo mucho.-

─ Claro que no.- dije, tomando el sobre. Nunca le diría que no a mamá, y menos en algo que a sus ojos era tan fácil.

Pero a mí el aire me hizo falta en cuanto tome el sobre y leí el apellido en letra cursiva sobre el papel.

─ Excelente. Esperamos tener una plática agradable de negocios con ellos.- mamá me sonrió, pero yo solo podía pensar en que el mundo acabaría pronto, muy pronto.


Melanie

Toqué el timbre de la casa de Mía, una de las muchachas de la limpieza abrió la puerta y me saludó.

─ ¿Y Ryan?- pregunté al ver la hora, Ryan practicaba natación y a esa hora siempre estaba de regreso de sus prácticas.

─ El joven Ryan dijo que después de sus prácticas tenía que entregar al correo invitaciones para la fiesta de mañana.-

─ Oh.- la fiesta que estaba dispuesta a arruinar solo por unas semanas de vacación, je.- Gracias.- le dije a la muchacha y ella se retiró.

Subí a la habitación de Mía y toqué con el puño.

─ ¿Si?-

─ Soy yo boba, ¿puedo pasar?-

─ ¿Mel? Claro.-

Entré en la habitación, Mía estaba acomodando su vestido en el armario. Como todo lo que le gustaba a Mía, el vestido era dorado y brillaba, digno de una princesa Disney.

─ Ese vestido es hermoso.- dije.

─ Gracias.- sonrió.- Lo acaban de traer. ¿Ya tienes listo el tuyo?-

─ Desde hace días.- me senté sobre su cama. No quería pensar en ese vestido, me gustaba molestar a mamá ocupando cosas que ella no aprobaría pero esta vez estaba segura que hasta papá iba a verme con el ceño fruncido.

La habitación de Mía era... ridículamente grande. Baño propio y un armario repleto de ropa, incluso tenía un armario solo para sus zapatos.

Mi realidad no era muy diferente a la de ella, pero mi habitación en casa aunque era grande estaba mayormente vacía. Me aburría rápido de la ropa, solía regalarlo todo cada ciertos meses.

─ ¿Vamos a ir de compras?- me preguntó y yo asentí.

─ Espero que este cuerpo se vea bien en un traje de baño.-

─ Claro, finge que no estás más buena que el pan.- ella rodó los ojos y yo me reí de su comentario.

─ Eres muy sabia, Mía.-


Mía

Melanie era la persona más segura de sí misma que yo conocía, había salido con varios chicos  pero siempre terminaba dejándolos porque se aburría o no eran suficiente para ella.

Ella tenía una reputación que, aunque no lo aceptaba en voz alta, yo sabía que le gustaba. Era la chica rompecorazones de primer año que traía locos a todos. Parecía un juego para ellos, todos querían ganarse el corazón de Melanie Johnson.

Yo estaba bastante segura de que ninguno lo conseguiría, Melanie no se enamoraba porque no quería, le aterraba la idea.

Pasamos el resto de la tarde en el centro comercial más cercano buscando ropa de verano en todas las tiendas, compramos muchísimas cosas, no estaba segura de como metería todo en mis maletas.

El chófer nos llevaba de vuelta a casa cuando recordé el sobre que estaba en mi cartera.

─ Mamá quiere que invite a los Tyles a la fiesta.- solté. Melanie volvió a verme con los ojos abiertos de par en par.

─ ¿Estas de broma?-

─ Eso quisiera. No tengo ni idea de que hacer, quiero decir, debo entregarles la invitación pero... Vamos que no soy capaz de articular ni una sola palabra normal en su presencia Mel.- me quejé.

─ Lo sé. No te preocupes, yo te ayudo.-

─ Eres la mejor.-

─ Lo sé, lo sé.-

─ ¿Y que se supone que haremos?- le pregunté.

─ Iremos juntas. Yo hablo, tú sonríes.-

─ Eso no va a funcionar. Va a verme, va a pensar que soy una loca que no quiere saludarlo cuando él ya se presentó conmigo.

─ Solo déjalo en mis manos.-

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora