Capítulo ochenta y uno: Fin del juego*

1.2K 62 1
                                    

Melanie

En cuanto Mía se fue me tire al suelo, los ojos me escocían así que me permití lloriquear como una nena pequeña.

Unas semanas atrás estaba diciéndole a Liam como ya sabía que las cosas no iban a terminar bien y aunque lo supiera con anticipación, igual dolía como el infierno.

Aunque a Mía le pareciera tierno el acto de Liam de dejar el mundo entero por mí, yo sabía que estaba mal.

¿Por qué mierda me había contado todo? ¿Por qué había confiado en mí?

Detesté ser tan curiosa, ahí estaba ya, ya conocía todo lo que el gran Liam Green ocultaba, ya sabía el misterio detrás de sus ojos oscuros. Y era trágico. Y me daban ganas de abrazarlo y cuidarlo del mundo porque se lo merecía. No le deseaba a nadie toda la mierda por la que él había pasado, y si hubiera una tan sola cosa que yo pudiera hacer para borrar su pasado lo haría, pero no era posible.

Yo solo era una chica, tenía que graduarme, tenía que ir a la universidad, tenía que enamorarme ahí y luego formar una familia o qué sé yo.

Yo no era la persona que Liam necesitaba, o al menos eso me dije para evitar sentirme como una basura por las acciones que pensaba tomar.

Esa noche lloré como ridícula mientras empacaba mis cosas, tan siquiera pensé en lo mucho que iba a extrañar la isla, en lo mucho que iba a extrañar el calor que hacía, no pensé ni en lo que iba a extrañar a los chicos. Pensé solo en él.

En la primera vez que lo vi, en la estúpida fiesta de mis padres, él llevaba un traje negro y una camisa formal blanca, me había robado el aliento desde esa primera vez. Claro en ese momento no sabía el dolor de cabeza que esa cara bonita iba a provocarme por los siguientes tres meses.

Pensé en nuestro choque en el hotel, la vez que descubrimos que estábamos bajo el mismo techo, esa misma noche me llevó al muelle.

Una sonrisa estúpida se plantó en mi cara.

Sabía que esas cosas no iban a irse fácil de mi cabeza. Todas las sonrisas, todos los chistes, todos los cumplidos, todos los coqueteos...

Melanie Johnson, estás jodidamente enamorada.

Ya no había vuelta atrás. Lo había arruinado, y no podía con la carga.

─ ¿Tienes una pequeña idea de todas las formas en las que puedo arruinar todo para él?-

Todavía escuchaba esa voz amenazante a través de la línea telefónica, todavía podía sentir la forma en la que los bellos en la parte trasera de mi cuello se erizaron cuando me di cuenta de en qué mierda estaba metiendo a Liam. 

Terminé de guardar las cosas en las maletas y me dispuse a dormir. Aunque sabía que no iba a poder pegar ojo toda la noche, especialmente porque no dejaba de llorar ni de sentir una enorme presión en el pecho.

Mamá y papá iban a estar muy molestos conmigo, iba a perder al chico de mis sueños, iba a perder mis últimas dos semanas de vacación, y además la gente en las redes sociales no dejaba de acosarme. La vida se me estaba yendo en picada y no sabía qué demonios hacer.


Fabio

─ Por favor, por favor, tienes que hablar con ella.- la chica de ojos color miel me puso cara de cachorrito en apuros, yo me restregué los ojos y bostecé. Ser despertado a las seis de la mañana no era mi actividad favorita.

─ ¿Qué te hace creer que va hacerme caso a mí?- pregunté, elevando una ceja, terminé de levantarme de la cama, Mía se quedó observándome.

─ Fabio, ella te escucha.- se apresuró a pararse frente a mi.- No pierdes nada con intentarlo. Liam es tu mejor amigo, tienes que hacer algo.-

─ Tu eres la mejor amiga de ella y no te escuchó ni a ti.- me encogí de hombros, pero vi la tristeza en sus ojos, ella solo quería lo mejor para todos.- Vale, iré.-

─ ¡Sí!- Mía extendió sus brazos hacia mí y me envolvió en un fuerte abrazo, yo me reí.

Ella desapareció de mi habitación segundos después, me hizo prometerle que le contaría todo con lujo de detalles.

Me cambié de ropa y me dispuse a ir a la habitación de la rubia, no tenía idea de que le diría, pero algo surgiría. La verdad es que Mía tenía razón, Mel estaba actuando como una boba, y le iba a romper el corazón a Liam, y eso no me beneficiaba ni a mí ni al mundo.

Toqué la puerta de su habitación y para mi sorpresa ella atendió, llevaba el pelo mojado, una camisa a rayas mal abotonada y unos jeans.

─ Buenos días, señorita Johnson.- le dije, con el tono de voz más formal que se me ocurrió, hice una pequeña reverencia y cuando volví a verla ella ya estaba sonriendo.

─ Si vienes a pedirme que cambie de opinión estás perdiendo tu tiempo moreno.- rodé los ojos.

─ ¿Puedo al menos pasar?- pregunté y ella asintió con la cabeza.

Melanie me dejó entrar en su habitación, observé el lugar y una pequeña punzada de tristeza me invadió. Estaba impecable, sobre su cama reposaban dos maletas, parecía como si todo rastro suyo hubiera sido borrado de aquel lugar.

─ ¿A qué horas es tu vuelo?- le pregunté.

─ Pasado el mediodía.- la vi encogerse de hombros.

─ ¿Y estas segura?-

─ ¿De qué hablas? No tengo opción.- note la tristeza en su voz, y fue hasta ese momento que note las ojeras debajo de sus ojos. Alguien no había dormido bien la noche anterior.

─ Todavía tienes tiempo.- le dije.- Estoy seguro de que si se lo cuentas ahorita comprará un tiquete para el mismo vuelo.-

─ ¿Y qué le diré a mis padres?- ella rio, con amargura en su voz.- ¿Qué me voy a casar, o qué, Fabio?-

─ Pues que es tu novio, ¿no?- Melanie negó con la cabeza.

─ Tan siquiera somos eso.-

─ Quizás no formalmente. Vamos, si lo que quieres es una petición formal solo pídeselo.-

─ Tengo miedo de las decisiones que él tome. Me lo contó todo Fabio.- ella me miro, tenía los ojos rojos, parecía estar a punto de llorar.

¿Todo? Si era el "todo" que yo estaba pensando me sorprendía mucho, esa historia no la conocía nadie más aparte de nosotros cuatro, y Lola.

─ Tuviste que haber visto la expresión en sus ojos después, diciéndome que yo le hacía bien. Fabio no puede ser así. Él no puede depender de mí, no puedo hacerme cargo de su felicidad.-

─ Y por lo que veo tampoco puedes cargar con tu propia felicidad.- escupí. Yo nunca me enojaba, era difícil que eso sucediera, pero todo lo que ella estaba diciendo me parecía absurdo.- Liam es un hombre, Melanie. No es un niño, él no "depende" de ti. Él ha pasado por cosas horribles, pero antes de ti sabía cómo seguir viviendo. Tú lo haces feliz de la misma manera en que él te hace feliz a ti. Y ya sé que no me estas pidiendo mi opinión pero solo parece como que tú lo quieres alejar a él de ti ahora que puedes, porque tienes miedo de salir lastimada más adelante.-

─ ¡Yo ya estoy lastimada!- chilló.- ¿Acaso crees que estoy feliz con todo esto?-

─ ¡Te estas lastimando tu sola! ¡Él te quiere, la que se va eres tú!-

─ ¡Suficiente!- me gritó.- Voy a hablar con Liam antes de irme, pero eso no te incumbe ni a ti ni a nadie. Así que por favor, vete.-

Entrecerré los ojos, sin creerme lo que me acababa de decir. Si seguía hablando las cosas iban a ponerse peor, giré sobre mis talones y me fui, dando un portazo fuerte.

Sobre todo, hubo un pensamiento en mi cabeza. 

Ella oculta algo.


Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora