Capítulo sesenta y cinco: Nada bueno sucede en la madrugada*

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Melanie

─ Eso no se ve muy apetecible.-

Escuché la voz de Ryan pero seguí moviendo la comida en mi plato con mi tenedor, no quería comer y eso me delataba hasta el alma, no me sentía emocionalmente bien y eso era mucho decir, porque las emociones no eran algo que me afectaran a menudo. En realidad nunca lo permitía.

─ Nada se ve apetecible.- le dije.

─ Te he visto devorar cosas que realmente me parecían asquerosas. A ti todo se te apetece.- una pequeña sonrisa se me escapó, él tenía razón.- Así que dime que es lo que está pasando porque Natasha tampoco me habla.- susurró.

─ Es Liam.- lo miré.

─ Ya sé que es él, es obvio. Pero ¿Qué paso?-

─ Oh, eso. Nos besamos en medio de Barcelona, alguien nos tomó una foto y ahora está por todo internet.- el tenedor de Ryan cayó a su plato haciendo un ruido desagradable, sonreí viendo a los demás para que no hicieran preguntas y luego miré a Ryan con ojos de pocos amigos.

Recordé la noticia, según quien sea que la haya escrito yo era una "rubia más". 

Como me hervía la sangre de volverlo a pensar. Yo no era nada de eso, ¿Cómo podían las personas hablar de alguien a quien tan siquiera conocían?

─ ¿Cómo diablos pasó eso?-

─ No tengo ganas de hablarlo.- le dije con honestidad.- Pienso ir a mi habitación y dormir hasta que sea el fin del mundo o algo así.-

─ Mel...-

─ No, no me regañes.- lo miré con seriedad.- Ya tengo bastante con esto.-

─ ¿Lola sabe?-

─ Eso creo, Liam no me ha escrito y no pienso llamarle y preguntarle. Solo voy a esperar.-

Ryan no me preguntó más, él sabía que no quería hablarlo así que me dejó tranquila. El intento de cena terminó y yo no pude estar más agradecida por eso, aún no le había contado a Mía lo que sucedía pero mientras Fabio manejaba de regreso al hotel ella tomo mi mano y me dio un apretón.

La miré y sonreí sin mostrar los dientes, no importaba que todo estuviera derrumbándose porque al menos los tenía a ellos.

En cuanto llegué a mi habitación me hice ovillo sobre la cama, intenté dejar mi mente en blanco y dormir.

No sé cuánto tiempo llevaba dormida cuando el sonido de mi teléfono me despertó, no pensaba atender pero quien sea que fuera estaba siendo muy insistente. Estiré mi brazo con pesadez y contesté sin molestarme en abrir los ojos.

Nada. No escuchaba nada, excepto las olas del mar. ¿Qué broma era esa?

¿Alo?- murmuré.

Aparté el móvil de mi oreja para ver de quién se trataba y en cuanto vi su nombre abrí los ojos de par en par.

¿Liam?-

Melanie.- lo escuché decir. Todos mis sentidos se pusieron en alerta, su voz no sonaba normal, me levanté de la cama y busqué la hora en el reloj de noche, eran las tres de la madrugada.

"Nada bueno sucede en la madrugada"

Esas eran mis propias palabras, se lo decía a Ryan cada vez que una chica le escribía en la madrugada.

─ Liam, ¿Qué sucede?-

Mmm no tengo idea. Me da vueltas la cabeza.-

¡Alcohol! Eso era lo que sucedía. No tuve tiempo de pensarlo, me puse los primeros jeans y zapatos que encontré, caminé hacia la puerta mientras sostenía el móvil en mi oreja y le preguntaba en donde estaba. Él tan siquiera sabía en dónde estaba, pero era cerca de la playa. Un millón de cosas malas se me cruzaron por la cabeza, estaba ebrio y solo, había tantas cosas que podían salir mal...

Caminé por la playa afuera del hotel, le dije que me describiera que había a su alrededor pero el chico no podía ni hablar. Estaba por gritar de preocupación cuando lo vi.

Estaba hincado sobre la arena con una botella en la mano, rodé los ojos y mientras corría hacia él me pregunté qué mierda estaba haciendo con mi vida. 

─ ¿Qué diablos te pasa?- le pregunté mientras intentaba hacer que se levantara, el chico era pesado.

─ Nada.- murmuró.

Tenía un olor bastante desagradable, en cuando pude hacer que se parara frente a mí me horroricé, tenía ese rostro pálido que le había visto antes, una cortadura en la ceja y otra en el labio. Acerqué mi mano a su mejilla, ¡Un morete!

─¿Estuviste en una pelea, Li?- pregunté con preocupación.

─ Un estúpido chico en el bar.- me dijo con el ceño fruncido, llevé mis dedos a la cortadura en su ceja y el hizo una mueca de dolor.

─ No sé cómo llegaste hasta acá pero necesito sacarte esa borrachera y curar esas heridas ya.-

Me puse a su lado e intenté hacernos caminar a ambos de regreso al hotel, llevaba su brazo sobre mi hombro, intentó contarme cómo se había peleado con ese chico pero no entendía nada de lo que decía.

Liam no tomaba, él me lo había dicho en varias ocasiones, eso no hacía más que preocuparme el doble. Algo debía ir realmente mal.

─ ¿Mi número fue lo único que se te ocurrió marcar?- le pregunté mientras nos arrastraba a ambos hacia el ascensor.

─ Sí.-

─ ¿Por qué?-

─ Bueno esto es tu culpa.- me dijo, se apoyó en la pared del ascensor mientras yo ponía el piso de su habitación.

─ ¿Es mi culpa que decidieras emborracharte?- alcé una ceja. Aún con la ropa llena de arena y el rostro morado se miraba extremadamente atractivo.

─ Claro que sí.- dijo burlón.

Lo vi tambalear y me acerqué a él para sujetarlo, lo último que quería era que se cayera ahí mismo y tuviera que llamar para pedir ayuda. Mientras nadie nos viera todo estaría bien.

Miré sus ojos y me arrepentí a los segundos, estábamos tan cerca que sentía que el aire me hacía falta. ¿Cuánto tiempo se podía tardar un maldito ascensor?

─ Es tu culpa por ser... tu.- sus palabras expresaban molestia pero su rostro me decía todo lo contrario, había cierta dulzura en su mirada y en sus intentos de sonreír sin que el labio le doliera por la herida.

─ ¿Mmm?- murmuré, hipnotizada, totalmente estúpida. 

─ ¿Cómo se supone que no iba a volverme loco por ti Melanie Johnson?- susurró.

Y estoy segura que hasta el último bello de mis brazos se erizó.

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora