Capítulo veintiocho: Cinco*

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Ryan

Observé su cabello largo caer por su espalda mientras se soltaba un segundo intento de coleta. Me reí. El chico de la tienda de golosinas me entregó el agua que le había pedido y después de agradecerle regresé al lado de Natasha. Estaba sentada al borde de la piscina mientras Fabio, Mía y Jeremy jugaban en el agua.

─ ¿Necesitas ayuda?- le pregunté refiriéndome a su cabello.

─ ¿Sabes hacer coletas Ryan?- ella me miró mientras me sentaba a su lado y sumergía los pies.

─ Te sorprendería las muchas cosas de chicas que puedo hacer.- sus ojos me observaron con curiosidad.

─ Muéstrame.- se puso de espaldas a mí esperando que amarrara su cabello en una coleta.

Tome su largo cabello en una sola mano y lo amarré como las chicas me habían enseñado hace mucho.

─ Vaya.- me dijo sorprendida mientras movía la coleta de un lado al otro.- ¿Cómo aprendiste eso?-

─ Tengo una hermana.- le dije.- Y una mejor amiga, y bueno de pequeño no tenía con quien más jugar. He aprendido mucho de ellas.-

─ Ah... Liam me obligaba a jugar a los coches y me vestía como niño.- se rio.

─ ¿En serio?-

─ Si, bueno en realidad tampoco es que tuviéramos dinero para juguetes y esas cosas.- ella se mordió el labio y miro hacia otro lado.- Mucho para saber.- me dijo.

─ Está bien. Supongo que hacer algo más ya no está en los planes.- mire hacia el agua, los demás parecían divertirse.

─ Podríamos... hacer algo en la mañana si te parece bien.- ella habló despacio, incluso con nervios.

¿No te has visto al espejo, Natasha?

El nervioso debería ser yo.

─ No podría decirte que no.- le sonreí.


Melanie

Bajé de la motocicleta y observé el lugar, había un letrero con luces neón en donde ponía el nombre del bar. Muchos automóviles de lujo aparcados en el estacionamiento, Liam bajando de la motocicleta con una camiseta negra ajustada a sus músculos. Todo ahí se miraba demasiado bueno.

Mire en otra dirección, tenía que dejar de pensar así de él. Ya me había propuesto no dejarme caer en las garras de Liam Green y necesitaba apegarme a esa idea.

Mientras caminaba detrás de Liam me pregunté qué diablos estaba haciendo ahí. ¿Por qué accedía tan fácilmente a montarme en su motocicleta y dejar que me llevara a cualquier lugar? Eso iba totalmente en contra de lo que había pensado esa tarde. 

Entramos al lugar, había un escenario al fondo donde una banda tocaba música, la gente ahí parecía pasarlo bien. No era un lugar al que mamá o papá me dejarían ir. Pero que más daba, iba a obtener respuestas, quizás después de todo había una explicación lógica a todo. Y ahí, caminando detrás de él, aguantándome las ganas de sujetarme de su brazo porque tenía miedo de perderlo de vista, me di cuenta que quizás estaba ahí porque tenía fe de que todo fuera mentira.

Quería tener fe en él. Así de patética. 

A pesar de mi resistencia a rozar más piel de la necesaria tuve que apegarme a él cuando un hombre grande con tatuajes en los brazos y el pelo recogido en una coleta paso a mi lado y me vio de pies a cabeza. 

Escuché a Liam reírse, paso un brazo por mis hombros hasta que estuvimos frente a la barra, nos sentamos en unos taburetes, Liam pidió dos bebidas de coco y piña sin alcohol.

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora