Capítulo sesenta y nueve: "Gracias"*

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Fabio

La observé de reojo, llevaba los cuadros y su libreta de dibujos pegada al pecho como si de un bebé se tratara y se iba mordiendo el labio como muestra de nervios. Sonreí y volví mi vista al camino, ya estábamos en la ciudad cerca de las oficinas de Francesca.

No estaba seguro de querer hablar con ella, no me había terminado de enterar sobre qué había sucedido con Liam y Lola pero seguro ella ya se había enterado de todo y seguro no tenía un muy buen humor.

Pero ya le había prometido a Alex ayudarla y pensaba hacer todo lo que estuviera en mis manos para hacerlo.

─ De verdad no tienes que hacer esto.- me dijo mientras caminábamos por el edificio.

─ Ya te dije que ya lo sé. ¿Para qué son los amigos si no es para ayudarse?- la miré. Alex abrió la boca para decir algo pero alguien más la interrumpió.

─ Francesca te espera en el último piso.- frente a mi estaba Andrea, ella era como una mini versión de Francesca, intenté sonreír pero estoy seguro de que salió más como una mueca.

─ ¿Ella está aquí?- pregunté un poco desconcertado.

─ ¿Vienes a defender a Liam?- me preguntó.

─ ¿Eh?- elevé una ceja.- No, yo... ¿Qué hizo Liam está vez?-

─ No me concierne a mi darte esa información, por favor pasa, no le gusta que la hagan esperar.-

Asentí con la cabeza. Alex me esperó en recepción mientras yo caminaba hacia la oficina que Andrea me indicó.

Francesca no volvió a verme cuando abrí la puerta, tampoco cuando comencé a caminar hacia ella. Iba vestida como siempre, una camisa de botones, unos pantalones altos y unos tacones gigantescos. Tenía las gafas puestas y estaba viendo algo en la pantalla de su computadora.

─ Bonito corte de cabello.- le dije mientras tomaba asiento. Siempre llevaba el cabello corto pero esa vez lo tenía por encima de los hombros, mucho más arriba de lo normal.

─ Bonita barba.- dijo con burla y yo sonreí. Ella me miró, sus grandes ojos azules escaneándome como si fuera el mismísimo diablo en busca de pecados.

─ Sabía que te gustaría.-

─ Estoy segura de que traes a las chicas locas.- me reí.- Hablando de chicas.- Francesca volvió su mirada a la computadora.- Alex Martí, veintiún años, estudia artes, sus padres están actualmente en Sevilla... conoce a Natasha.- dijo como si ese dato le desconcertara.

Ni yo conocía todo eso de ella, un sentimiento de arrepentimiento me invadió. ¿En que estaba metiendo a Alex?

─ Y has entrado con ella en este edificio así tal cual.- ella entrecerró los ojos, Francesca tenía esa mirada intimidante, me hacía sentir como si no importara lo que yo dijera porque ella ya conocía la verdad de todo.- Debe ser importante para ti.-

─ Es solo una amiga.- expliqué.- Y sí, estudia artes, y es muy buena. ¿Recuerdas a Federico?- ella asintió con la cabeza.

─ Sé por dónde vas.-

─ ¿Entonces?-

─ No puedo ayudarte cariño, él tiene que ver su trabajo.- ella se encogió de hombros.

─ ¡Pero si él te ama!- exclamé y ella sonrió.

─ No me ama a mí, ama las posibilidades que yo le doy.- la miré. Tenía toda la razón, así era todo en ese mundo, los lazos entre las personas se formaban a base de intereses personales. Y Francesca tenía mucho poder en la industria y muchas personas lamiéndole la suela de los zapatos.

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora