Capítulo veintidós: Cantemos*

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Ryan

Nat había convencido a Jeremy de que bajara su guitarra y nos tocara algunas canciones. Los instrumentos o el canto no era exactamente lo mío, pero debía admitir que Jeremy tocaba bien, el chico parecía tener talento.

─ Que bien guardado se tiene los talentos Tyles.- dije. Nat me miro.

─ Vecinos toda la vida y no se hablaban, ¿eh?-

─ ¿Tu como sabes que somos vecinos?-

─ Mmm, Jeremy...- elevé una ceja.-Él tiene una especie de enamoramiento secreto con tu hermana y nos hablaba todo el tiempo de ella.-

¿Qué?

No, Jeremy Tyles era un antisocial que parecía tenerle miedo a las chicas, no un chico acosador que se enamora a escondidas.

O bueno, eso era lo que yo pensaba. Vaya sorpresas.

─Tienes que prometer que no le dirás nada a Mía.-

─ Prometido.- elevé mi mano derecha y Nat me sonrió.

─ ¿Alguien quiere cantar?- Jeremy había parado de tocar su guitarra y nos observaba a todos.

─ Melanie es buena.- dije, sin pensármelo mucho. Melanie abrió los ojos de par en par mientras todos ponían su atención en ella.

─ ¿En serio?- Liam la miró.

─ No.- se apresuró decir.- Desafino terrible.- me reí.

─ ¡Claro que no!- dijo Mía.- Es buena, en serio.- 

Vi como el rostro de la rubia se enrojecía. Ah, ella iba a odiarnos luego. Había una sola cosa en el mundo que podía poner nerviosa a Melanie, y eso era cantar en público.

Gracias a algo que yo llamaría presión social ella cedió. Vi como ella le preguntaba algo a Jeremy en voz baja, él asintió. 

Los siguientes tres minutos se llenaron únicamente de la dulce y diferente voz de Melanie, ella cerró los ojos durante la canción. La piel se me erizó cuando la escuché alcanzar aquellos agudos que tanto le gustaban.

Abrió los ojos cuando terminó de cantar y sonrió genuinamente mientras los demás la elogiaban.

─ ¿Nadie va a alagar al guitarrista?- nos reímos.


Melanie

Todavía tenía las manos heladas y ganas de golpear a los Sparks pero había otra cosa rondando mi cabeza.

En el momento en el que abrí los ojos me encontré con la mirada de Liam, no podría describirlo, parecía perdido. En cuanto aparte mi vista de él no volví a verlo, no sabía porque se había ido de ahí, pero nadie más pareció notarlo.

─ Así que, ¿desde cuándo cantas?- Michael me hizo salir de mis pensamientos, dejé de buscar a Liam con la mirada para observarlo.

─ No lo sé.- le dije.- Supongo que desde muy pequeña. Mamá suele poner todas las navidades un video mío de pequeña cantándole a todos en una navidad.- 

─ Vaya, es un talento nato.-

─ Supongo. Nunca fui a clases ni nada, mi única practica es cantar en la ducha, ya sabes.-

Él se carcajeó, aunque a mí me pareció un mal chiste. Michael había intentado toda la noche conversar sobre cualquier cosa, me parecía forzado. Era una persona agradable y bastante guapo, esa opinión acerca de él no había cambiado desde la primera vez que lo vi. Pero por alguna razón no tenía ganas de hacer ningún movimiento con él. 

Si sabes la razón, no mientas.

Michael me hablaba algo acerca de surfear mientras yo asentía con la cabeza y comía golosinas sin prestar mucha atención cuando observé a Mía caminando hacia la casa demasiado rápido.

─ ¿Me disculpas un momento?- sin esperar respuesta alguna le sonreí y me levanté para caminar detrás de Mía.

La observé caminar por el pasillo y entrar en el baño. Quizás estaba exagerando pero la conocía, no se veía normal. Si nada estaba pasando entonces solo la golpearía por hacerme cantar frente a otras personas, pero debía asegurarme primero.

Esperé varios minutos afuera pero ella no salía, apoyé mi frente sobre la puerta de madera y toqué con mi puño.

─ ¿Está todo bien?-

─ Si, ya salgo.- la escuché decir, su voz solo me confirmaba que no estaba bien.

─ Boba, soy yo, Melanie.-

Escuché como giraba el pomo y observé la puerta abrirse lentamente.

─ ¿Qué sucede?- pregunté, cerrando la puerta detrás de mí. Mía estaba apoyada sobre el lavabo, tenía la cara completamente roja.

─ No lo sé.- me murmuró.

─ ¿Cómo que no lo sabes?-

Mía me habló de Jeremy y lo que ella creía que había pasado.

─ ¿Y?- me miró, esperando una respuesta. No sabía que decirle, no podía decirle "tranquila, Jeremy esta tan loco por ti como tú por él".- Claro, no tienes que decir nada. Ya sé lo que estás pensando, ¡Es mi culpa!-

─ Mía...-

─ Soy una estúpida lo sé. Solo soy una amiga para él, claro. Es obvio, apenas me conoce...- la vi girar sobre si misma mientras se mordía el labio.

─ Bien, tienes que tranquilizarte.- me acerqué a ella y la tome de los hombros.- Tienes que pensar un poco, no seas dramática. Si él te hubiera preguntado lo mismo tu no le hubieras dicho "es que te amo, me encantas" aunque si es así.- ella se rio.

─ Boba.-


Natasha

El fuego estaba por terminar, llevaba varios minutos buscando a Liam con la mirada sin encontrarlo, no sabía en qué momento se había ido así que me levanté de donde estaba sentada y regresé a la casa, no estaba por ningún lado así que subí las gradas hasta la segunda planta. Lo encontré en la habitación de Jeremy, estaba acostado boca arriba sobre la cama con un cigarro en la mano y los ojos cerrados. Muy dramático todo.

Entré en la habitación y abrí las ventanas, necesitaba que el aire entrara ahí o ambos íbamos a ahumarnos completamente.

Me acosté a su lado odiando totalmente el olor.

─ No deberías estar aquí.-

─ ¿Estas planeando alguna especie de suicidio sin mí?- me burlé.

Yo era la débil la mayoría del tiempo pero no todos los días eran iguales. Mi relación con Liam no había sido la mejor los últimos meses, pero si había algo que era incondicional en mi vida y en lo que tenía puesta toda mi fe, era en él. Liam era mi hogar, mi lugar seguro, y si por un día yo debía ser la fuerte pues así sería.

Sobre la mesa de noche de Jeremy había un pequeño trozo de vidrio sobre el cual apago lo que restaba de su cigarro.

─ Gracias por eso.- murmuré. Él sabía que no era un hábito que me agradara. Pero yo era la última persona que podía juzgarlo- ¿Puedo preguntar qué sucede?-

─ Ya lo has hecho.-

─ No seas tonto, Li.-

Lo sentí removerse en la cama pero seguí observando el techo, entonces su móvil apareció frente a mi rostro, Liam lo sostenía para que yo pudiera leer el mensaje. Mi corazón se estrujo mientras veía la pantalla, sentía mi pecho doler como hace mucho tiempo no lo sentía pero aun así reuní las fuerzas para hablar.

─No hay nada que podamos hacer.- susurré.

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora