Extra

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Nota: esta escena extra se sitúa en el capítulo ochenta y seis: "la última noche", dedicado a todas ustedes que me quemaron por no darles detalles. Más de dos años después pero ahí les va, besitos.

Liam

Sus labios chocaron con los míos y ese no fue un beso lento o cariñoso, estaba cargado de algo que yo sentía por ella desde la primera vez que la vi: deseo.

Quería detenerla y decirle que en serio no había prisa, porque no quería que lo hiciera por mi pero me fue imposible. Su boca se movía perfectamente contra la mía, nuestras lenguas jugaban de una manera terriblemente excitante.

Melanie se aferró con sus manos a mi camiseta para impulsarse hacia arriba y quedar parada frente a mí. Nos separamos para respirar bien, abrí los ojos y la observé. Si el famoso paraíso no se veía como ella yo no quería verlo nunca. Tenía el corazón al borde del colapso e incluso estaba nervioso. La situación no era algo nuevo para ninguno de los dos y sin embargo me sentí como un niño pequeño, inexperto.

Deseaba que todo fuera perfecto así que no estaba seguro de cuál debía ser mi siguiente movimiento, que suerte que no tuve que pensarlo mucho porque ella nos hizo girar y apoyó sus manos en mis hombros hasta que caí sentado en el borde de la cama.

─ Asegúrate de tener esos ojos bien abiertos, Green.- me dijo mientras daba unos pasos hacia atrás, me reí, no estoy seguro de si fue porque de verdad me causo gracia o porque estaba jodidamente nervioso.

Comenzó a desvestirse.

Claro que, yo la había visto en traje de baño todo el verano, no es como no tuviera memorizado en mi cabeza el tono de su piel, los lunares esparcidos en su cuerpo o las curvas en los lugares correctos, pero todo en ese momento se sentía demasiado sexual. Tanto que dolía.

Además, ella de verdad sabía como volverme loco, no se desvistió de cualquier forma, lo hizo de la manera más sensual que se le pudo ocurrir. Yo tragué duro cuando la vi, usando únicamente su ropa interior.

Extendí una mano hacía ella.

─ Ven.- exigí, con la voz ronca.

Ella tomo mi mano y se acercó lentamente, cuando pensé que se detendría se sentó a horcajadas sobre mí.

─ No deberías...- susurré, su rostro a una distancia insignificante del mío.

─ Supongo que me atendré a las consecuencias.- me cortó. Yo sonreí.

─ Prometo que serán buenas consecuencias.-

─ Oh, estoy segura de ello.- me guiñó un ojo y yo volví a reír.

Acerqué mis boca a su oreja.

─ No tienes idea de las ganas que te tengo Melanie.- susurré. Escuché un suspiro salir de ella.

─ Muéstrame.-

Bien, más vale que estés lista, porque a partir de acá, pierdes las riendas del juego Mel.

Melanie

Estaba siendo muy valiente, quizás más de lo que debería porque cuando Liam volvió a besarme sus manos fueron directamente a mi espalda, más específicamente al broche de mi sostén, él se deshizo de la prenda con tanta rapidez que me asusté y tuve una reacción ridícula de taparme.

─ Puedo detenerme ahora mismo si es lo que quieres.- él susurró al ver mi reacción. Estúpida Melanie.

─ No.- le pedí, con una voz que no reconocí.

Liam sonrió sin mostrar los dientes, nos miramos a los ojos unos segundos, mientras nuestras respiraciones pesadas chocaban en la cara del otro. París estaba bajo cero y la calefacción no estaba prendida pero la habitación, con nosotros en aquella posición, ardía. 

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora