Capítulo ocho: Bajo el mismo techo*

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Liam

Odiaba esperar, se me hacía lo más desesperante del mundo, y aunque Natasha me reclamaba, de todas formas íbamos a perder la reserva en el hotel si no llegábamos ese mismo día.

─ Deja de juzgarme con la mirada.- le dije. Habíamos sido casi los últimos pasajeros en abordar, y ya que no habían más espacios, no teníamos boletos de primera clase. No me importaba y estaba seguro de que a ella tampoco pero le gustaba enojarse conmigo.

─Ponte el cinturón.- me dijo.

─ Gruñona.-

El avión despegó, Nat se apoyó en mi hombro a descansar y yo decidí revisar mi móvil después de haberlo ignorado por días.

Mensajes de Francesca y muchas llamadas de Lola, noticias que no quería saber, fotos y más. Una azafata se acercó a mí pidiéndome que apagara mi teléfono.

─ Claro, con gusto.- le dije sonriendo. La chica asintió nerviosa.

Intenté dormir pero la verdad es que acababa de comer y no tenía ánimos, estaba demasiado aburrido. De pequeño tenía problemas de hiperactividad, estar quieto nunca ha sido lo mío y no tenía nada con lo que entretenerme. Mi asiento era el más cercano al pasillo, me puse a ver a las personas más adelante.

─ Aburrido, aburrido...- murmuré.

Pero mis ojos se concentraron en unos asientos más adelante. Había una chica con el cabello rubio muy largo, era tan rubio que parecía blanco.

Me recordaba al de la chica de la noche anterior.

Una sonrisa bailó en mis labios. Nat tenía razón. Ella me gustó. 

¿Podía culparme? Claro que no. Cualquiera con un par de ojos hubiera estado babeando por la rubia.

Ella lucía como la clase de chica que me llevaría a la cama en un abrir y cerrar de ojos. La verdad es que la noche anterior había sido un martirio, me la había pasado imaginándola en ese vestido rojo ajustado, en mi cama, viendo como su bonita boca gemía mi nombre...

Basta Liam.

¿Qué había en ella? Además de estar jodidamente buena, había algo más. Pero no me permití pensarlo, lo último que quería era una erección en pleno vuelo, así que aparté a la rubia de mis pensamientos y me puse a ver la ventana del avión.

Gracias al cielo el vuelo fue rápido, y lo demás también. 

Salimos del aeropuerto escoltados por los guardias de seguridad y nos montamos en el taxi que Francesca había mandado para nosotros.

En media hora ya estábamos frente al hotel.

Sonreí.

─ Hogar dulce hogar.- murmuré en un tono burlesco mientras caminábamos a la entrada.

─ Como que te mejoró el humor, ¿no?- Fabio a mi lado me codeó. Entendí el doble sentido de su pregunta así que solo lo ignoré.

Fabio era mi mejor amigo, él y Jeremy. Pero con Fabio la relación tendía a ser complicada, a él le gustaba actuar como un padre y yo odiaba eso. Odiaba que las personas a mi alrededor creyeran que necesitaban mandarme, decirme por donde ir en el camino. Era mi jodido camino e iba a caminar como se me diera la gana.

Así que en cuanto llegué a mi habitación me di una ducha, me cambié la ropa y salí a caminar por los alrededores. Con suerte me quitaba las ganas que me había dejado Melanie, o como se llamara.


Ryan

Cuando salimos del avión tuvimos que esperar nuestras maletas y llamar a algún taxista, no teníamos idea de como hacer aquello pero Melanie solucionó, habló con un chico y él nos hizo el favor. Los encantos de la rubia tenían muchas ventajas.

Una ola de calor nos azotó en cuanto salimos del aeropuerto. Era horrible. Sobre todo por que no íbamos preparados y teníamos un sinfín de abrigos encima.

De todas formas eso no nos impidió admirar el lugar, el viaje fue corto pero notamos que la ciudad era hermosa.

Llegamos al hotel y las chicas bajaron primero a ver todo mientras yo le ayudaba al chico del equipaje a sacarlo del taxi. 

Las vi paradas frente a la entrada y me acerqué a ver porque no entraban.

─ Necesito que me pellizques, si es un sueño no me quiero ilusionar más.-

Me reí.

─ ¿Segura que somos hermanos?-

─ ¡Ryan!- me regañó la rubia, Mía se limitó a sacarme la lengua.

Pase hasta recepción y ellas me siguieron. Tres llaves de tres habitaciones, en cuanto vi el piso supe que alguien iba a quejarse.

─ ¿Quién reservó las habitaciones?- Melanie presionó el botón en el elevador, piso 10.

─ No estoy seguro, pero estamos en el edificio con las vistas más bonitas, ¿no te alegra estar hasta arriba?- hola, sarcasmo.

─ Eh, no.-

─ Miedosa.- Mía se burló de ella.

Nuestras habitaciones estaban en el mismo pasillo, en realidad no importaba el orden pero yo tome la primera, Mía la de en medio y Melanie la siguiente.

La habitación se veía lujosa. Tenía su baño propio, una pequeña sala y un balcón con unas vistas espectaculares. Esa era mi parte favorita. 

─ Toc toc.- las chicas estaban en mi puerta.

─ Adelante.- 

─ ¿No es esto asombroso?- Melanie salto directo a la cama.

─ Sí que lo es.-  me acosté a su lado en la cama.

─ Dejaron este panfleto en mi habitación y creo que deberíamos ir.- Mía elevó un pedazo de papel frente a nosotros.

Melanie y yo nos sentamos para ver de lo que hablaba, al parecer había música en vivo esa noche, una fiesta.

─ ¿Es un Dj?- pregunté.

─ No tengo idea.- Melanie me miro.- Pero me parece un buen comienzo, ¿no creen?-


Melanie

No estaba segura de a qué horas se ocultaba el sol en esa ciudad pero aun había mucho. Ryan, Mía y yo quedamos en tomarnos un momento para ordenar nuestras cosas, tomar una ducha y luego salir a la playa.

Tome unos shorts y una camiseta y salí al pasillo. Mía tardaba mucho en arreglarse, estaba muy segura que podía dar una vuelta por el hotel sin que ellos lo notaran.

Decidí tomar las gradas y simplemente caminar por ahí, ¿en dónde estaría el restaurante? No tenía idea de que hacía, por los pasillos habían cuadros muy bonitos, la decoración era espectacular. No es que yo supiera algo de decoración... pero bueno. Mamá decía que yo tenía un mal gusto.

Parecía que al final del camino que estaba siguiendo se llegaba a una de las albercas, seguí caminando y al girar justo al final del pasillo me tropecé de frente con alguien que venía en mi dirección contraria.

─ Auch.- dije.

Levanté mi vista para disculparme por educación con la persona frente a mí.

─ ¿Tu?- hablamos al unísono. 

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora