Capítulo cuarenta y tres: ¿Te gusta?*

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Mía

Observé al surfista irse caminando por la playa después de despedirse de ambas y luego desvié mi mirada a Melanie.

─¿Qué fue eso?- pregunté, aún admirada de su comportamiento ante el rubio.

─ Eh, ¿Michael?-

─ Si.- me levanté de la banca.- ¿Vas a salir con él?-

─ Pues acabo de aceptar su invitación, ¿En qué planeta vives?-

─ Uno en el que hace unos minutos discutíamos tu situación con Liam y ahora acabas de aceptar la invitación de otro chico a salir.- solté un poco confundida, ella sonrió y fue como si un foquito se encendiera en mi cabeza.- ¡Claro!- entonces chasqueé los dedos y entrecerré los ojos.- Solo es para olvidarte de Liam, ¿cierto?-

─ ¿Liam, quién?- ella elevó una ceja y yo reí.

Esa era la Melanie que yo conocía, no estaba segura de sí su plan iba a resultarle bien pero era lo correcto, ninguna de las dos era esa clase de chica que buscaba a alguien en una relación. Si Liam era feliz con Lola ella debía hacerse a un lado.

Caminamos de regreso al hotel, tenía un mensaje de Jeremy en el que me preguntaba si podía verme, le dije que sí, después de dejar a Melanie en su habitación corroboré mi aspecto en un espejo y a los segundos él estaba tocando la puerta.

─ Hola.- lo saludé mientras sonreía.

─ Hola.- 

Y sí. El aire volvió a hacerme falta y me congelé. Apreté una de mis manos en un puño hasta el punto de doler solo para corroborar que no estuviera soñando o algo. A ese punto no estaba segura de cuándo iba a dejar de sentirme de esa forma con él.

─ Lindo.- me dijo, señalando a mi cabeza. Llevaba una bandana en la frente para alejar mi pelo, sonreí levemente mientras en mi interior saltaba de felicidad.

─ Gracias.-

─ ¿Quieres caminar un poco por la playa?-

─ Claro.-

Jeremy tomó mi mano como si fuese lo más natural del mundo y yo sentí que el mundo se me cayó a los pies, en ese momento no existía nada que no fuera él. Caminamos hasta el ascensor y luego fuera del hotel, él jamás me soltó, yo lo miraba de reojo intentando no ser obvia.

─ Si estas comenzando a arrepentirte puedes decírmelo, eh.- lo miré, él sonreía a pesar de sus palabras, el aire de la playa golpeaba en su cara y alborotaba su cabello.

─ ¿De qué hablas?-

─ No has dicho nada en todo lo que hemos caminado hasta acá, y pareces tener miedo de que te lleve de la mano.- me reí.

─ No te tengo miedo, rubio.- bueno...

─ ¿Entonces? –él elevó una ceja. Era tan difícil explicarle que me ponía todo de cabeza con una sola mirada...

─ Estuve... tantos años solo observándote a la distancia y ahora, tenerte tan cerca, siento que voy a despertarme en cualquier momento.-

Él soltó mi mano para sentarse sobre la arena, me observó desde abajo y palmó la arena a su lado para que me sentara ahí, hice caso y observé el mar, las olas no llegaban hasta donde estábamos pero unos cuantos pasos más y alcanzaríamos a tocar el agua que arrastraba el mar.

─ Me sucede lo mismo.- dijo. Giré el rostro para verlo.- No sabes cuánto me regaño a mí mismo por no haberte hablado antes. Me parecías inalcanzable.-

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora