Verano para siempre (Terminada)

EPÍLOGO

Nunca fui buena haciendo resúmenes en el instituto, siempre terminaba subrayando absolutamente todo el documento porque todo me parecía importante. O más bien no sabía qué era y qué no era importante.

Ahora imagínense resumir los últimos diez años no solo de mi vida si no también la de mis mejores amigos.

Pero bueno, aquí vamos.

Mi nombre es Melanie Johnson, tengo dos mejores amigos y esta es la historia de cómo sobrevivimos al verano de nuestras vidas.

─ ¡Melanie, ya están aquí!-

El grito de Liam me hizo tirar al suelo la agenda que tenía en la mano, rodé los ojos mientras me levantaba de la cama, recogí aquel diario personal en el que había aprendido a escribir y lo dejé sobre la mesa de noche junto con el bolígrafo.

─ ¡Bajo en seguida!-

Mirándome frente al espejo de mí habitación tome mi cabello y lo ate en una coleta, era inicios del verano y el calor comenzaba a hacerse presente, había decidido meterme en un vestido blanco y llevaba los pies descalzos. Ese era un mal hábito que había tomado desde que nos mudamos, Liam me regañaba todo el tiempo pero yo no le ponía atención.

Arrastré mis pies desnudos por la madera de las gradas hasta llegar a la planta inferior de aquella gigantesca casa.

No había terminado de bajar las gradas cuando la vi. Liam estaba saludando a Mía en la entrada de la casa, Jeremy estaba parado al lado de ella y ambos vestían como si acabaran de llegar de la mismísima Nueva York. Un estilo que no combinaba para nada con el clima de aquella isla.

─ ¡Mía!- chillé mientras corría a su encuentro.

Los años podían pasar todo lo que quisieran, pero un reencuentro con tu mejor amiga siempre debe ser todo lo escandaloso del mundo.

─ ¿No trajiste a Amanda en la maleta, cierto?- bromeé en medio de nuestro abrazo.

─ Melanie.- me regañó, la observé rodar los ojos cuando nos separamos.

Amanda era una amiga de Mía, o como yo la llamaba, mi reemplazo. Por lo que sabía se habían hecho amigas en los seis meses que yo estuve en España, cuando regresamos, Jeremy y yo intentamos adaptarnos a esta "Amanda", claro que a él le fue mejor que a mí.

Era una chica agradable, pero Mía no era alguien a quien me gustara compartir con otras personas. De todas formas con el paso del tiempo todos fuimos madurando un poco, cuando nos graduamos Mía y ella se fueron a estudiar finanzas juntas a Estados Unidos, Jeremy también se fue, porque él siguió persiguiendo sus sueños de ser un cantante. Así es como la chica de ojos miel consiguió estar a la cabeza de las industrias Sparks-Johnson, y claro, Amanda como su mano derecha.

Por mi parte... bueno, aún es muy pronto para hablar de mí. El sol aún no se ponía y la noche iba a ser larga.

─ ¿Qué hay de ti, estrellita, no vas a saludarme?- le pregunté a Jeremy en cuanto Mía paso de largo para saludar a Liam.

─ ¿Cómo piensas que voy a olvidarme de mi gemela malvada?- me dijo riendo y yo lo golpeé en el hombro. Luego nos dimos un fuerte abrazo.

Jeremy de verdad se había convertido en toda una estrella, sus canciones sonaban en América y en Europa, tenía un montón de fans detrás de él, y el éxito lo seguía ahí a donde iba.

Su piel estaba un poco más bronceada, su cuerpo había tomado forma en los últimos años, no era más un chico tímido del instituto. Era un hombre de pies a cabeza, se había dejado crecer la barba, su cabello rubio había oscurecido un poco, había ganado un poco de peso, pero aquellos ojos color cielo transmitían la misma inocencia de siempre.