Capítulo trece: Cosas destinadas a ser*

2.2K 93 0
                                    

Jeremy

"Acá no hay ninguna nieve que quitar"

Mía salía haciendo pucheros en la fotografía mientras de fondo podía observar el océano. Sonreí al móvil.

"Es una lástima, no sabes lo que te pierdes"

Le tome una foto al rastrillo en mi patio y la adjunte al mensaje antes de enviarlo.

Guardé mi móvil y entré a casa de nuevo, afuera hacía mucho frío y los noticieros pronosticaban una nueva tormenta de nieve para esa noche, por suerte mamá me había dicho que ninguno de los vuelos del día siguiente se habían cancelado.

Papá y mamá estaban de viaje, mi hermana menor en su campamento y el personal de limpieza estaba de vacaciones, mamá pensó que sería una buena idea dejarme solo unos días en casa ocupándome de la comida y la limpieza. Había tenido un mal año en matemática y deportes y esa era su manera de castigarme. En mi opinión era injusto que solo viera lo negativo.

Mi móvil comenzó a sonar y contesté la llamada sin molestarme en observar quién era.

¡Rubio!- reconocí la voz de Fabio al otro lado de la llamada.

Así que tus sospechas eran ciertas, ¿eh?-

Te lo dije, estaba muy seguro de haberla visto en el aeropuerto. Tu chica está acá con todos sus amigos. Ahorita mismo observo a su hermano y la rubia.-

Ah, mi chica. Ojalá.

¿Ah sí? ¿Y es que son amigos ustedes ya? Vi las redes sociales de Melanie hace unos minutos, se tomaron fotos juntos.-

Sí, sí. Necesito que tomes asiento, porque lo que te diré va a sorprenderte.- él hizo una pausa y yo espere.- A Nat parece interesarle Ryan.-

Por la voz de Fabio supe que el estaba esperando una reacción divertida de mi parte. Quizás una feliz. Honestamente no hice más que preocuparme.

El día que vinimos, hubo una fiesta y ella desapareció, me dijo que se encontraron y hablaron casi toda la noche. Deberías haber visto sus ojos cuando me lo contaba.- él siguió hablando.

¿Nat hablando con un chico? ¿Con Ryan? Él me parecía agradable, íbamos al mismo curso pero nunca había cruzado palabras con él. Él era el típico chico atleta popular y yo el bicho raro.

Me asusté porque sabía las razones de que Nat no hablara con mucha gente, menos con chicos. Y me asusté porque aunque Ryan me caía bien, él tenía una reputación...

Son personas bastante agradables.- le dije, a pesar de mis pensamientos.- Por lo que sé, ellos tres son muy unidos.-

Bueno, nosotros también. Excepto Liam ya sabes, siempre está en su mundo. De todas formas, ¿Cuándo vienes?-

Mi vuelo sale mañana, estaré en casa por la noche. ¿Crees que puedes pasar por mi hoy o mañana a ver si todo está en orden?-

Claro, veré que puedo hacer. ¿Estás ansioso por ver a tu chica?-

No es mi chica.- suspiré. Sabía que cuando colgara esa llamada iba a ir a su chat, esperando tener una respuesta suya, con suerte una foto de su cara bonita.- Pero ya sabes, quizás tengo suerte.-

Claro, claro. Debo irme, Nat y Liam aún no saben que mañana vienes, les diré más tarde.-

Está bien, nos vemos pronto.-

Mis padres habían decidido comprar una casa en Ibiza años atrás, cuando les conté entusiasmado que Liam y Natasha iban a pasar sus vacaciones ahí.

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora