Verano para siempre (Terminada)

Capítulo ochenta: Consecuencias*

Ryan

Le agradecí a la chica del servicio a la habitación y cerré la puerta, las chicas ya estaban en la sala comiendo todo lo que habíamos pedido, y riendo de lo que sea que estuvieran viendo en la televisión.

─ ¿Qué es tan divertido?- pregunté sentándome al lado de Natasha.

─ Tus videos de nene.- mis ojos fueron de Mía a la televisión, ahí mismo la hermana malvada estaba enseñándole a mi chica mis videos de cuando era un bebé.

─ ¡Mía!- chillé. Ellas volvieron a reír al ver un video casero de mamá bañándome en la tina a los tres años.

Corrí a pararme frente a la tele para que ellas no pudieran seguir burlándose.

─ Esto me parece demasiado ofensivo.- dije.

Mía rodó los ojos, una notificación en su teléfono la hizo desconectarlo, arrugó la frente mientras veía la pantalla, me acerqué a ella con curiosidad. Entonces una notificación cayó en mi móvil también.

Era un mensaje de mamá.

"Espero que ninguno de ustedes tenga algo que ver con esto"

El mensaje adjuntaba una foto, era una revista. La portada era Mel. Mel en Barcelona. Mel besándose con Liam.

Era la misma foto que ella me había enseñado antes, la causante de que Lola terminara finalmente las cosas con Liam.

Mamá y papá van a enterarse de que dejé ir a Melanie a un viaje sin permiso de sus padres, mamá y papá van a enterarse de que estoy líado con una súper modelo y Melanie con su hermano. Van a matarnos.

Escuché a Mia decir algo pero no presté atención, vi mi futuro pasando frente a mis ojos. Entonces Melanie apareció en la habitación corriendo, con la respiración agitada y los ojos saltones. Liam iba detrás de ella.

─ ¡VAN A ENCERRARME EN CASA DE POR VIDA!- escuché a la rubia dramatizar y salí de mi trance.

─ Melanie tranquilízate.- Mía la tomo de los hombros.

─ Papá me dijo que confiaba en nosotros, no sé con qué cara voy a verlo.-

─ Imagínate yo.- murmuré.- Debimos preguntarle primero a ellos.-

─ Hubieran dicho que no.- Melanie rodó los ojos.

La habitación entera se inundó de un silencio abrumador cuando un móvil sonó. No era el mío. Miré a Melanie, tenía la cara más pálida de lo normal, sacó el móvil de su jeans y lo miró fijamente.

─ Es mamá.- murmuró.

Mía y yo la alentamos para que contestara, todos esperamos en la terraza mientras ella hablaba por teléfono en la habitación.

Un solo error, un solo error podía hacer que me despidiera de mis sueños de nadar y papá me mandara a una estúpida y aburrida universidad. Lo había arruinado y en grande.

Melanie regresó minutos después, todos la miramos expectantes.

─ No te preocupes.- dijo, viéndome directamente.- Les he dicho que falsifiqué tu firma y te robé los documentos.-

El aire volvió a mis pulmones, me acerqué para abrazarla y le agradecí. En cuanto me separé de ella supe que algo iba mal, tenía la mirada perdida y el semblante serio.

─ ¿Qué te dijeron a ti?- preguntó Mía. Los hermanos Green solo observaban.

─ Nada, que soy una irresponsable y cuando regrese estaré castigada hasta envejecer.- dijo, con una sonrisa triste en el rostro.