Capítulo ochenta y dos: Adiós*

1.1K 66 12
                                    

Liam

Para cuando desperté la habitación ya estaba impecable, había tenido que pagar al hotel por todos los daños causados, no era mucho, o eso esperaba, la verdad es que solo había pasado el cobro a mi tarjeta de crédito y ya. Cuando Francesca viera los números en mi cuenta seguro le saldrían canas de colores.

Me reí de pensarlo.

Terminé de levantarme, tome una ducha y para cuando salí vi una nota tirada en el suelo, cerca de la puerta. Me acerqué para recogerla.

"10 AM, en la cafetería que esta una cuadra después del restaurante favorito de Fabio. No tardes.

-Melanie"

Sonreí como estúpido y guardé la nota en el bolsillo de mi jeans, terminé de vestirme y salí del hotel. Afuera el sol estaba fuerte, había una pequeña brisa chocando contra mi cara, por alguna razón me sentía dentro de una película de princesas. Esas en donde los animales hablan y el mundo parece mejor, más bonito.

Me había liberado de un gran peso, iba camino a ver a la chica más absolutamente hermosa, y que era totalmente mía, ¿Qué podía ir mal? El día pintaba perfecto.

Aparqué la motocicleta frente a la cafetería, Melanie aún no había llegado así que me apoyé en la moto y me quedé ahí viendo la calle. Miré la hora en mi reloj, faltaban cinco minutos para las diez. En cinco minutos podía fumar un cigarrillo sin que la rubia llegará y lo tirará al suelo, así que eso hice. De alguna manera siempre llevaba uno en mis bolsas. Y un encendedor, claro.

Un taxi aparcó frente a mí, lo miré con una ceja elevada y para mi sorpresa Melanie salió del asiento trasero.

Sin importarme las razones o las circunstancias, me acerqué a ella de lo más feliz y deposité un beso en su frente para después rodearla con mis brazos. Me alejé para verla, había algo diferente en ella.

─ ¿Por qué el taxi no se va?- pregunté con el ceño fruncido. Ella no dijo nada, la miré, parecía asustada, como si acabara de ver un fantasma.- ¿Melanie?-

Entonces ella se abalanzó sobre mí, me abrazo con tanta fuerza, como si la vida se le fuera en ello.

─ Lo siento, lo siento.- la escuché susurrar en mi cuello y teniendo miedo de lo que estaba sucediendo me aparté con pesadez. Ella estaba llorando.

─ ¿Por qué lloras?- Mel intentó dar un paso hacia mí pero yo me alejé, el miedo comenzó a crecer en mi interior.

─ Te mentí.- murmuró, con un hilo de voz apenas audible.

─ No entiendo nada.-

─ Ayer, en la llamada. Es mentira que no pasa nada. Mamá ella... Liam, mi familia no es tan inofensiva como crees que es. Esto...- nos señaló a ambos con su dedo.- No puede ser. Tengo un vuelo, me regreso a Francia.- 

El suelo debajo de mí ya no parecía tan real como hace unos minutos. Esperé un rato, viendo al suelo. Esperaba el "es una broma, vamos a desayunar" pero nunca llegó, levanté la vista para observarla, los segundos pasaban y yo podía escuchar los trozos de mi corazón cayéndose al suelo de a poco, la rubia había dejado de llorar pero tenía los ojos y la nariz enrojecidos.

─ ¿Por qué?- pregunté, mi voz sonó más dura de lo que esperaba, no me había dado cuenta de que tenía las manos hechas puño hasta que las vi, solté los puños para cruzarme de brazos.

─ Ya te lo he dicho, mamá...-

─ No Melanie.- la corté.- ¿Por qué me lo dices hasta ahora?-

─ Yo...-

─ No querías que buscara una solución.- reconocí.

─ Liam no hay una solución para esto.- me dijo en voz baja. Se acercó a mí y puso su mano en mi brazo- Ya sabíamos que terminaría así.-

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora