Verano para siempre (Terminada)

Capítulo veintiséis: Lola*

Melanie

No dije ni una sola palabra en todo el camino, de vez en cuando podía sentir la mirada de Liam sobre mí en la parte de atrás del taxi pero lo ignoré. ¿Cuál era su problema?

Solo pensar en Fabio me daba vergüenza en ese momento, ¿Qué estaría pensando él? ¿Se cuestionaría porque no lo quise besar?

Agité la cabeza alejando esos pensamientos de mí, lo que sea que Fabio estuviera pensando de mi lo arreglaría. Tenía que hablar con él y explicarle. 

¿Qué tenía de malo no querer besarlo? ¿Por qué no lo hice, de todas formas? 

Por que él no te gusta.

Pero si esta más bueno que el pan.

No más que Liam.

¡Ahhh! 

No. No. Sencillamente no iba a involucrarme con ninguno de los dos de esa manera. No iba a jugar a esa estupidez. Los chicos con los que me enrollaba eran de una vez, de una fiesta, una salida y ya. Ellos eran amigos. Yo no iba a meterme en su amistad. Además, quizás y solo quizás, todos nos estábamos volviendo amigos. 

Bueno no. A mamá no le gustaría eso. 

El punto es que tenía que verlos como veía a Ryan. Él también estaba bueno pero nunca había pasado nada entre nosotros. Los chicos como Ryan y Fabio me asustaban como el infierno, eran de esa clase de chicos de los que podías enamorarte sin darte cuenta. Y enamorarme no estaba en mis planes.

¿Y Liam?

Ah, vocecita interior. Ese es otro cuento.

Llegamos al hotel y yo baje del auto sin prestarle atención a Liam pero él caminaba mucho más rápido y llegó a mi lado en cuestión de segundos. No le dirigí la palabra pero él caminó conmigo hasta mi habitación.

─ Gracias.- le dije mientras buscaba la llave de mi habitación en el bolso de mi jeans.- Por el taxi, digo.-

─ No hay de que.- me dijo.

No iba a agradecerle por acompañarme hasta mi habitación cuando yo ni se lo había pedido. Abrí la puerta y cuando iba a entrar y olvidarme de su presencia él me tomo del brazo.

─ ¿Sigues molesta?- me preguntó, sus ojos me observaban con curiosidad. Suspiré mientras me cruzaba los brazos abajo del pecho.

─ No, Liam. No estoy molesta.- le dediqué una pequeña sonrisa.

─ Bien entonces... solo quería devolverte esto.- lo vi sacar mi móvil de su pantalón.

─ Gracias.- le dije tomando el móvil rápido.

─ Lamento no habértelo dado antes.-

─ No.- sonreí, esta vez más honestamente.- Yo robe las llaves primero, está bien. Nos vemos luego, Liam.- 

Me dedicó una sonrisa amplia y se giró para irse por el pasillo. 

¿Cómo es que te vez tan bien sonriendo de esa manera, modelito?

Entré en mi habitación con una sonrisa en la cara. Él era un caso especial, sabía que era atractivo y le gustaba ocuparlo a su conveniencia, pensaba que el mundo giraba a su alrededor o al menos así actuaba. Me reí mientras me acostaba sobre la cama.

Si le dijera eso a Mía sobre Liam ella diría que somos iguales.

Quizás fue el hecho de que no había dormido casi nada la noche anterior o quizás no, pero lo último que recuerdo fue abrazar una almohada y dormir hasta que sentí dedos apretando mis mejillas.