Capítulo cuarenta y ocho: Al fin*

1.4K 72 5
                                    

Natasha

─ Liam.- dije mientras guardaba mi teléfono en la bolsa de mi jeans.- Siempre arruina todo.- Ryan sonrió, tenía un agujero en su mejilla que me parecía totalmente adorable, aun sentía mis mejillas arder y no estaba segura de lo que debía decir.

─ Es un instinto que traemos todos los hermanos mayores.- me dijo y sonreí.

─ Ya lo creo.- susurré. No quería decir nada incorrecto, no quería arruinar lo que acababa de pasar.- Sera mejor que me vaya.-

─ Eh...- él parecía confundido.- Está bien.-

Ryan se levantó del sofá y caminó hacia la puerta, caminé detrás de él, en cuanto estuve un paso fuera de su habitación me giré para verlo.

Hace mucho tiempo que no besaba a un chico, ese había sido un beso corto, solo un pequeño rozar de sus labios a los míos, y me había hecho sentir realmente bien. Todo con él se sentía bien. Esa mañana había despertado de una pesadilla bastante desagradable, iba a entrar en pánico si no me tranquilizaba, así que me relajé, y por primera vez seguí uno de los consejos de mis doctores: buscar algo que me hiciera feliz. Así había terminado recibiendo un  beso por parte de Ryan Sparks, el chico que me robaba el aliento, quizás esos consejos no eran tan malos después de todo.

─ Gracias por el helado.-

¿En serio Natasha? ¿Por el helado?

─ No hay de que.- me dijo sonriendo. Sentía mis manos sudar, la forma en la que me miraba me volvía torpe.

─ Hasta luego, Ryan.- me acerqué a él para besar su mejilla y luego obligué a mis pies a caminar por el pasillo.

─ Nat.- su voz me hizo detenerme, me giré para verlo.- ¿Mejoró?- sabía a lo que se refería, mi sonrisa en ese momento era más grande que mi rostro, seguramente.

─ Como no tienes idea.- dije.


Mía

Melanie y yo nos encontramos a una sonriente Natasha saliendo del elevador al momento en que nosotras íbamos a tomarlo, nos saludó y se fue antes de que pudiéramos preguntar cualquier cosa.

─ Curioso.- mire a Mel.

─ Ryan va a tener mucho que explicar.- me dijo.

Llegamos a su habitación y no tenía llave, esa ya era prueba suficiente de que alguien más había estado antes que nosotras. Entramos y él estaba acostado en el sofá.

─ ¿Perdieron los modales?- nos preguntó cuándo nos vio aparecer frente a él.

─ Vimos a Nat.- Melanie lo hizo levantarse de su posición para poder sentarse al lado de él, yo me quede parada.

─ ¿Pasaste una buena mañana, hermanito?- elevé una ceja y el rodó los ojos.

─ No es asunto suyo.- dijo, lo más serio posible. Miré a Melanie, ambas nos carcajeamos.

─ Cuanto tenías siete- comencé.- Te sacaron del colegio porque te habías hecho popo en los pantalones, Melanie y yo te llevamos con la maestra del kínder para que te ocultara y llamara a nuestros padres. Después de eso, quedamos en que no nos volveríamos a ocultar cosas.-

─ Claro, si nos hubieras dicho que no te sentías bien del estómago eso no hubiera pasado.- Melanie intentaba no reírse. Ryan nos miró a las dos con el ceño fruncido, pero luego una sonrisa apareció en sus labios, ambas lo observamos esperando una explicación.

─ Nos besamos.- dijo.

Lo siguiente fueron chillidos por parte de ambas, él se reía. Nos contó a grandes rasgos lo que había sucedido esa mañana y tanto Melanie como yo nos sentíamos como escuchando una telenovela.

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora