Capítulo veintinueve: Nueva*

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Natasha

Revisé por última vez mi atuendo frente al espejo, un vestido rojo de flores con la espalda descubierta. Me sentía fresca, pero me pregunté si era demasiado.

─ Quizás si.- murmuré viendo el maquillaje en mi rostro.

Alguien tocó la puerta de mi habitación, abrí los ojos de par en par y corrí como loca buscando mis sandalias y una toalla húmeda para pasarme en el rostro. Grité "voy" mientras me restregaba la cara con la toallita, la bote en el basurero al lado de mi cama, cogí las llaves y el bolso. Cuando abrí la puerta la sonrisa brillante de Ryan se encontraba frente a mí.

─ Comienzo a sentirme un poco desarreglado.- me dijo observando mi atuendo. Él llevaba unos shorts azules y una camiseta blanca, se miraba bien de cualquier manera.

─ O quizás yo exagere un poco.-

─ Estas de broma, te ves hermosa.- sonreí sin saber cómo responder a eso y caminamos por el hotel.

Había pedido un taxi que ya nos estaba esperando en la entrada del hotel. Le indiqué el lugar al que íbamos al chofer y comenzó a andar.

─ ¿A dónde vamos?- quite la mirada de la ventanilla para observarlo.

─ Es sorpresa, ya verás que te gustará. Es el restaurante favorito de Fabio.-

─ ¿Y por qué no el tuyo?- él elevo una ceja.

─ Ese será para otra ocasión.-

"Porque quiero seguir teniendo más ocasiones contigo" Mi yo interior se burló de mí por pensar así, ¿hace cuánto tiempo no me interesaba alguien? Demasiado tiempo, pero aún lo recordaba. Por mi trabajo conocía a muchas personas, tenía todas las oportunidades de salir con chicos pero... yo era el problema. 

Pero Ryan me resultaba tan diferente, tan nuevo, tan sincero. No parecía esforzarse en complacerme o en decir lo correcto, él solo era divertido, coqueto y estaba muy seguro de sí mismo. Algo que quizá debía aprender de él.

El taxi aparcó frente al restaurante, el lugar seguía siendo tan bonito como lo recordaba. Era temprano aún, esperaba que pudiéramos sentarnos en el último piso para observar la ciudad desde arriba.

Subimos el montón de gradas hasta llegar arriba, nos acomodaron en una bonita mesa con unas vistas fantásticas.

─ Tenías razón, el lugar es genial.-

Le sonreí de vuelta y ordenamos nuestra comida. El desayuno pasó rápido, Ryan me hacía sentir cómoda, no como si lo acabara de conocer, no como si su amistad fuera por interés, y en definitiva no me hacía sentir como si aquello fuese una cita o algo por el estilo, solo me sentía bien.

Pregunté cosas de su vida, me contó que en unos meses iba a graduarse, que esperaba dedicarse a la natación aunque eso ya lo sabía. Me enteré de que sus padres eran lo mejor del universo a sus ojos, que los padres de Melanie eran como su segunda familia, aunque también me dijo que odiaba lo formal que eran a veces sus familias. Al parecer a él le gustaba poner su bonita cara frente a la gente, no le importaba, pero me dijo que estaba consiente que la mayoría de las personas de dinero con las que sus padres trabajan no eran exactamente agradables.

Lo escuché con atención mientras hablaba, se emocionaba de contarme cosas divertidas que le habían pasado en las competencias de clavados, se reía mucho de sí mismo y se notaba demasiado el amor que tenía hacia Mía y Melanie.

Una punzada de envidia me invadió, él era todo lo que yo jamás podría ser. Me pregunté como hubiera sido la vida para Liam y para mí si hubiera sido como la de él. Nos imaginé estudiando, teniendo lujos en el hogar, unos padres estables, nos imaginé persiguiendo nuestros sueños...

─ ¿Nat?- la voz de Ryan me hizo parar de pensar.

─ Perdón.- le dije mirándolo, sus ojos miel se achinaban cada vez que sonreía.- ¿Decías?

─ Que si está bien pedir la cuenta ya.-

─ Oh, claro. Sí.-

Lo vi llamar la atención de una de las camareras para que nos trajeran la cuenta, entonces una chica morena se acercó a nuestra mesa. Había algo tremendamente familiar en ella, busqué su gafete en la camiseta y leí el nombre: "Alex".

─ ¿Alex?- la chica me miró. Claro que era ella.

─ ¿Natasha?- sus ojos café me escanearon.

─ ¡Alex!- sin poder evitarlo salté de mi asiento para abrazarla.- ¡Cuánto tiempo sin verte! Ay disculpa.- me alejé de ella y la vi sonriendo.

─ Mi jefe me mataría si me ve hablando con los clientes.- yo volví a mi asiento.- ¿Vacaciones otra vez?-

─ Si, nunca dejamos de venir. Yo... te busqué el año pasado. La chica de la tienda en donde trabajabas no pudo darme mayor información.-

─ Si... es una historia complicada.- entonces recordé a Ryan, estaba a mi lado observándonos a ambas.

─ ¡Disculpa! Que descortés, Alex, él es Ryan.- los presenté y ambos se saludaron.- ¿Crees que tienes tiempo después del trabajo?-

─ Claro.- ella me tomo de la mano y yo reí.- Mi turno termina a las seis...-

─ ¡Perfecto! Pasaremos por ti, no te preocupes.-


Fabio

El molesto sonido de una llamada en mi móvil me hizo despertar, abrí los ojos lentamente para encontrarme con los rayos del sol pegando justo en mi rostro. Tome el teléfono sin molestarme en ver quien era y contesté.

─ ¿Alo?- murmuré.

─ ¡Fabio cariño!- la voz alegre y chillona de Lola sonó en mi teléfono, alejé el móvil para verificar la pantalla, efectivamente era una llamada suya. ¿Qué hacía Lola llamándome?

─ ¿Lola?-

─ ¡La misma!- la escuché reír.- Estoy en el aeropuerto, ¿crees que podrías venir por mí? ¡Te invitaré a comer, venga! Ya sabes que odio los taxi.-

¿Aeropuerto? ¿Ir por ella?

─ ¿Alo, Fabio? ¿Sigues ahí?-

─ Si, si claro. Dame unos minutos tomare una ducha y voy para allá.-

─ ¡Excelente! Te espero no te preocupes. Chao.-

Me senté sobre la cama tirando las sabanas a un lado. ¿Qué hacía Lola en Ibiza? ¿Trabajo? ¿Liam?

─ Liam.- susurré mientras pensaba. ¿Por qué me había llamado a mí y no a él?

"¿Sabías que Lola vendría?"

Le envié el mensaje de texto a Liam y apagué la pantalla del móvil. Tenía que ducharme y manejar hasta el aeropuerto. No había hecho planes para ese día y Nat me había contado entusiasmada que saldría con Ryan así que de todas formas no me molestaba. Lola era una persona agradable, demasiado gritona y delicada con respecto a muchas cosas. Pero era una de las niñas más dulces que conocía y estaba loca por Liam, estaba seguro de que ella lo quería más a él de lo que ella se quería a sí misma.

Lo cual estaba mal también.

Tome una ducha rápida y justo antes de salir mire el móvil, Liam no había respondido a mi mensaje. Salí e incluso toqué en su puerta pero nadie salió, y la puerta tenía llave.

Quizás esa era la razón por la cual Lola no había llamado a Liam, quizás él tenía su móvil apagado. Un sentimiento de inquietud me invadió mientras manejaba, ¿Y si Liam estaba con una chica? ¿Y si él no sabía que Lola iba a llegar ese día?

No, no podía pensar así. Tenía que darle mi voto de confianza a Liam. 

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora