Capítulo ciento cuatro: Teatro*

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Alex

La alarma en el móvil sonó pero yo ya me encontraba en el tocador del baño terminando mi maquillaje. Regresé a la habitación para ver a Fabio batallar por levantarse de la cama y sonreí. Busqué mis tacones en el suelo y me obligué a entrar en aquellas agujas negras demasiado altas. Me aseguré de que la ropa de Fabio estuviera lista en el armario y salí del departamento no sin antes tomar mi bolso.

Y no sin antes darme una última mirada en el espejo.

Chaqueta y pantalones formales a juego. Tacones, recogido y maquillaje.

Había pasado muy poco tiempo pero yo había cambiado demasiado. Natasha estaría orgullosa de verme en aquel atuendo.

Yo ya me había acostumbrado a aquella vida, incluso me gustaba. El trabajo que Fabio había conseguido para mí lo demandaba. Meses atrás había comenzado como asistente en una galería muy ostentosa ahí mismo en Madrid, tiempo después pude presentar mi propia obra durante un par de noches. Increíblemente había vendido un montón de mi trabajo en esos días, había conseguido muchos halagos y un ascenso en el trabajo.

En ese mismo momento estaba en el auto esperando mi desayuno en el autoservicio del café por el que pasaba todas las mañanas. En fin, Alex Martí ya no era más una sencilla estudiante de artes, ¡Era la jefa del lugar!

O algo así.

Trabajaba mucho todos los días, tenía muchas cosas importantes a mi cargo y cualquier paso en falso podía arruinarlo todo. Seguía pintando también, Francesca me había ayudado mucho en eso de conocer personas claves para poder hacer que el mundo viera mi obra. Estaba infinitamente agradecida con ella y con Fabio.

Ahora que Fabio y yo vivíamos juntos mamá no paraba de preguntarme en que momento íbamos a casarnos. La idea me daba risa, ambos éramos muy jóvenes pero mis padres lo adoraban.

─ Señorita Alex.- el chico del valet parking me sonrió en cuanto baje la ventanilla del auto, yo le sonreí de vuelta y baje del auto.

─ Buenos días Alejandro.- saludé mientras me arrastraba con mi desayuno y mi bolso gigantesco.- ¿Nicolás está aquí?-

─Sí señorita, ha llegado más temprano esta mañana.-

Asentí con la cabeza y me giré para seguir caminando no sin antes resoplar. ¿Es que nunca iba a ser yo la primera en llegar?

Nicolás era mi mano derecha en ese lugar, el chico tenía mucho talento y mucho carisma. En poco tiempo nos habíamos hecho muy amigos.

Lo encontré en la oficina husmeando entre el montón de papeles sobre mi escritorio.

─ No te atrevas.- le advertí. El chico pego un brinco del susto y volvió a verme con mala cara.

─ ¡Alex!- fingió felicidad.

─ Nicolás ya te he dicho que organizar mis cosas no es tu trabajo. ¿Ya tienes la lista de los artistas de este fin de semana?- sus ojos marrones se abrieron de par en par, no dijo una sola palabra pero salió de mi oficina sonriendo, esa sonrisa de "No me mates, tendré el trabajo listo en dos segundos"

Sonreí mientras lo veía correr hacia su oficina, miré a mi alrededor y mis ojos se fueron al portarretratos que reposaba en mi escritorio, era una foto con Liam, Nat y Fabio.

Había formado una familia asombrosa en muy poco tiempo. Desde que Nat se había ido la extrañaba cada día, pero sabía que estaba feliz en donde estaba, intentábamos tener comunicación y escuchar su voz llena de alegría a través de la bocina del móvil era algo que me llenaba el corazón de felicidad.

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora