Verano para siempre (Terminada)

Capítulo cincuenta: Feliz cumpleaños*

Liam

Hice a Melanie girar mientras ella reía. La música cambió, aproveché que tenía una de sus manos y la puse sobre mi hombro, ella puso la otra mano y sonreí. Mis manos rodearon su cintura y nos movimos junto con la música. Nuestros cuerpos guardaban distancia entre ellos, no era exactamente una canción para bailar abrazados, solo era más suave. Todos alrededor bailaban igual.

Me concentré en sus ojos color cielo. Primero parecía asustada, luego me sonrió y me siguió el paso. 

Era tan bonita. 

O al menos a mi me lo parecía. 

Su belleza era poco común. No me resultaba parecida a ninguna otra chica, aparentaba más edad de la que realmente tenía, sus ojos podían intimidar a cualquiera y sus labios me parecían perfectos. Tenía marcado el arco de cupido, no llevaba labial y de alguna manera no lo necesitaba, sus labios tenían un tono cereza que quedaba bien con lo voluminosos que eran. 

Llevaba maquillaje esa noche, las mejillas más rosadas de lo normal, los ojos delineados y las largas pestañas pintadas de un color negro oscuro. Llevaba el cabello en una coleta alta, me encantaba verla así. Dejaba ver su cuello y hombros pálidos.

El escote en su vestido azul comenzaba a desconcentrarme, ella no lo notaba pero todos los hombres que pasaban cerca de nosotros la miraban.

Su mirada no se apartó de la mía en ningún momento, estarla contemplando no hizo más que crecer en mí una horrorosa necesidad de besarla. Comencé a molestarme por el hecho de que ella me atrajera tanto, podía acostarme con ella y olvidarlo al día siguiente como con todas las demás. Pero no iba a hacerlo. 

Porque no quería fallarle a Lola.

Y porque tienes miedo de que luego no salga nunca de tu cabeza.

─ Liam.- olvidé mis pensamientos y puse mi atención en lo que sea que fuese a decir.

─ ¿Sí?- la vi suspirar. Me pregunté qué pasaba por su cabeza.

─ Nada.-

Elevé una ceja, quería saber que pensaba ella, quería comprobarme a mí mismo que podía volverla loca, y quería comprobárselo a ella también.

─ Hay algo que aún no te he dicho.- sus ojos me observaron expectantes.- Felices dieciocho, rubia.- ella sonrió.

Y la piel se me erizó y las piernas me fallaron un poco.

Lo supe ahí, en realidad era ella la que me estaba volviendo loco a mí.

Mía

Toqué su hombro por detrás, Ryan me miró de reojo.

─ ¿Disfrutando la vista?- pregunté mientras me apoyaba en el barandal de la misma forma que él. Estábamos en la segunda planta del club, desde ahí se podía ver la pista de baile.

─ Supongo.- me dijo elevando los hombros. Intenté seguir su mirada y me encontré con Natasha bailando con Fabio y Alex.

─ ¿Por qué no estás ahí bailando con ella?-

─ Lo estaba pero...-

─ ¿Pero?- elevé una ceja y giré mi rostro para verlo. Parecía muy pensativo.- Tienes miedo, ¿no?-

─ Me gusta demasiado y no sé qué se supone debería hacer.- me miró.

─ Tu siempre sabes qué hacer con las chicas.- dije, sin creerme lo que acababa de decir él. No porque no le creyera, porque en realidad ya lo sabía, pero me sorprendió que lo admitiera.