Capítulo Diecinueve: No pasa nada*

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Melanie

─¿Nos perdimos de algo?-

Mía me observaba curiosa desde la puerta, me incorporé sentándome sobre la cama mientras Liam se levantaba.

─No.- me apresuré a decir.- Todo en orden. ¿A qué se debe la visita de todos a mi habitación?- sonreí, nerviosa.

Era la segunda situación incómoda en menos de veinticuatro horas a la que tenía que enfrentarme. A diferencia de la noche anterior esta vez podía sentir mis mejillas arder. Mía y Ryan estaban más sorprendidos que cualquier cosa, Jeremy y Natasha solo estaban tan incómodos como yo y Fabio por otro lado había salido al pasillo en cuanto mi mirada se había cruzado con la de él.

─Escuchamos risas desde afuera... No pensamos que... ya sabes.- le lancé una mirada asesina a Jeremy para que se callara. 

─ Bueno, tengo que tomar una ducha. Pueden seguir vuestra reunión afuera.- mire a Liam indicándole que saliera. Los empujé a todos fuera de mi habitación y luego cerré con llave.

Me apoyé sobre la puerta y suspiré.

¿Qué te molesta Melanie? ¿Lo que ellos vayan a pensar o... ser consiente de las cosas que él te hace sentir?

No. Basta. 

No iba a hacer eso, no iba a meterme en problemas y menos por un chico.

No es cualquier chico y lo sabes.

Me llevé las manos a la cara con frustración, mis mejillas ardían. Necesitaba una ducha. Caminé rápido hacia el baño, tenía que olvidar lo que acababa de pasar. Sí es cualquier chico, no me importa, no me afecta.

Sí, sí.

─Bien, tranquilízate.- me dije frente al espejo. Yo no había hecho nada malo, no tenía por qué sentirme de esa manera.

Así que tome toda la valentía del mundo y después de ducharme metí mi cuerpo en un vestido corto y me puse un par de tenis. Salí al pasillo pero ahí no había nadie, deseé haber tenido mi teléfono para escribirle a alguno de los chicos. Pero como no era así decidí tocar la puerta de la habitación de Mía, por suerte a los segundos ella me abrió la puerta.

─ ¿Estás bien?- me preguntó y asentí.

─ Perfecto.- sonreí entrando en la habitación.

─ Más tarde vas a explicarme todo, eh.- ella me dio una sonrisa pícara y yo rodé los ojos.

Todos estaban sentados en la pequeña sala de la habitación de Mía charlando, incluso Liam estaba con ellos. Supuse que la situación ya había pasado a segundo plano así que actué normal.

─ Estábamos esperándote.- Jeremy me habló.

─ ¿Para hacer el qué?-

─ Pensábamos almorzar juntos, ¿Qué dices?- la voz tierna de Nat llenó la habitación, creo que era la primera vez que la oía hablar.

─ Me parece genial, ¿A dónde vamos?-

Ellos que conocían mucho más la ciudad que Ryan, Mía o mi persona, nos dijeron que nos llevarían a un lugar, no estaba nada cerca pero prometieron que nos gustaría. No tenía dudas de ello, los modelitos tenían buen gusto.

─ ¿Quieres que sea tu copiloto estrella?- me había acercado a la ventanilla del conductor de la camioneta de los chicos.

Minutos atrás había tenido una riña con Liam que terminó cuando Fabio tomo las llaves de la camioneta sin que yo lo notara. El muchacho de los ojos oscuros aún tenía mi móvil y se negaba a devolvérmelo así que yo no pensaba devolver las llaves de la camioneta aunque no fuera exactamente suya.

Verano para siempre (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora