Capitulo II | Un choque desafortunado.

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6 de Marzo de 2008 -Día siguiente.

Tatiana

—¡¡¡Ay ay,que llego tarde a la clase de derecho constitucional, no puedo creerlo!!!— Exclamé , mientras corría apresurada por los pasillos.— Si me apresuro...¡quizás aun tenga tiempo!.—Pero antes de poder pensar en mis palabras, tres siluetas se interponen en el camino.—¡A un lado, llevo prisa!.—Incité, deteniéndome en seco para evitar estrellarme con las mencionadas.

—Tu amiga fue algo...¿Como decirlo?, ''rebelde'' con nosotras ayer. ¿Verdad?.—Recalca ella al acercarse con lentitud, dejándome reconocer a la problemática compañera de cuarto de ayer.

—No quiero problemas.—Especifiqué tras soltar mis pertenencias para dejarlas caer. No daría mi brazo a torcer, menos cuando las palabras de Natascha hicieron mella en mi. ''O follas o te follan''  «A esto se refería ella, ¡ y no tengo que demostrar miedo!»

—Sujétenla.—Ordeno la ''lider'', logrando que sus secuaces se abalanzaran sagaces sobre mi cabellera dorada, en lo que intento rememorar las enseñanzas de defensa del mayor de mis hermanos.
Me hago hacia atrás logrando zafarme del agarre de una joven, y así le acierto un debido golpe en el rostro, y lejos de proclamarme victoriosa o cuanto menos; con algo de ventaja, ya que otra se encuentra sosteniéndome y sin dejarme muchas otras opciones, mi primera reacción se efectúa en una patada como defensa. Sin embargo, la nombrada se resiste en esos segundos dando tiempo suficiente a primer golpeada, quien se encuentra de pie abalanzándose a sujetarme junto a la cabecilla del grupo, quien decide ayudar en el agarre.

—¡¡¡Suéltenme perras!!!.—Exclamé con rabia creciente y esta vez, dos de ellas me sostienen de ambas extremidades superiores. La cabecilla, me observa de frente.

—¿Ademas de zorra, también revoltosa, eh?.—Adjudicó .—¡¡¡Ahora veras quien es la revoltosa!!!.—Decididas, me proporcionan dos bofetones fuertes y seguidamente una patada en el estomago la cual da bastante cerca del diafragma, causándome un dolor seco en la cual hago mi cabeza hacia atrás para conseguir algo de aire. Las demás féminas cuchichean risas hasta que una voz masculina se hace presente.

—¡¡¡¿¿¿Perdón???!!!.—Remarca alzando la voz, haciendo su aparición uno de los superiores mas jóvenes de la academia. Vladimir, Burian Alexei.

—¡¡¡Señor o-oficial!!!.—balbuceó temerosa.

—No quiero ningún tipo de explicación.¿Saben que tipo de norma están quebrantando, cadetes?.—Su paso es lento pero firme, sus borceguís pisan con fuerza el suelo, su mirada es fría y seria donde lleva su cabeza en lo alto con soberbia, lo que se diferencia mucho mas al sus manos cruzarse por detrás de la espalda. Parado de frente a quien ''lideraba'' el grupo. Las otras dos, aterradas me sueltan al instante.

—Me parece que voy a reportar tres bajas hoy.—Analiza, explayando su arrogancia, y aquella fachada entre perversa y desinteresada.

—¡¡¡Permiso señor oficial, yo!!!...Lo siento, ¡le juramos que!.—Clamaba, por piedad la fémina.

—¡¡¡¿Que?!!!.—Interrumpe alzando aún más la voz el mencionado, cortando el habla de la joven.—¿Que me va a jurar cadete, USTED A MI?.—Su tono de voz, mostraba tanta fiereza como vacile.—¿Me va a jurar proteger a los demás como una buena aspirante a cadete?. ¿Me va a jurar, que no era usted la que estaba golpeando a una COMPAÑERA que, podría mañana ser con quien usted señora, trabaje para hacer respetar la ley?. ¿Me va a jurar usted, la que está infringiendo las normas de la institución?.—A pesar de su edad tan joven, Vladimir sonaba con el mismísimo tono que un oficial o instructor, causando el mismo miedo y nerviosismo que uno de ellos.

La ley del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora