Capitulo IV | ''Perro que no ladra, muerde.''

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30 de Abril de 2008


Tatiana

Los días pasaban y acepte la oferta de Lennin de comer junto a él. Era un joven agradable, muy agradable y teníamos variedad de temas sobre los cuales charlar y comentarnos cosas entre los dos. En una ocasión, dimos una vuelta por el campo de deportes, y me obsequio una flor de jazmín blanco que crecía cerca. Lennin era sereno, amable, tierno y sin mentir era de los chicos más lindos de la academia.

—Vaya lennin... yo ¡No se qué decir!.—Exprese con un incontrolable rubor en mis mejillas, ante su declaración de considerarme su ''novia''.  A decir verdad era mi primer  ''novio'', ya que mi hermano mayor Kostian jamás hubiera permitido algo así.




(...)




Era una sensación un tanto mágica, Lennin realmente era un buen chico. Respecto al oficial... Prácticamente ignoraba mi existencia. De repente comenzó a actuar como si no me conociera en lo más mínimo, ahora me llamaba ''Cadete'' o ''femenina'' con una total indiferencia. Por un lado me resultaba mejor

 «¿Quien quiere tener trato con el sujeto ese? Si es que lo único que busca es fastidiar. Además, tiene un montón de otras cadetes...» 

repensé para mí misma bajando un poco la flor que me acababa de entregar Lennin, con cierto temple nostálgico

 «Espera, ¿¿¿¡¡¡Y eso a mí que me importa???!!!»Sacudí mi cabeza con velocidad.

 «No me importa en lo más mínimo!!! Además, Smirnov mañana me invito a cenar con el de noche, será algo peligroso porque va ''contra las reglas'' y nadie puede estar fuera de su cama después de las nueve de la noche pero supongo que es una ocasión especial.»

 Admití con cierta alegría mientras me encaminaba por los pasillos y por supuesto que un beso era algo que ya había sucedido entre nosotros. A decir verdad, he tenido malas experiencias con ''hombres'' en ciertas situaciones pero Lennin era alguien amable, y no sentía miedo de estar a su lado. En ese instante, la imagen del oficial llego a mi mente sorpresivamente sin que siquiera hubiera pensado en él.

—Me pregunto si...¿Vladimir me produce ese...''miedo''?.—Repensé la pregunta durante unos minutos, recordando aquella mirada vacilona con su ceño fruncido.
—Cuando no tiene su cara de ''serio'' que usa con todo el mundo, mantiene esa mirada Vacilona, y cuando no está vacilón... pues, tiene esa carita de ''amable y simpático'' que es una clara farsa.—Rodé los ojos un tanto pensativa.—Pero, no puedo decir que el me produzca miedo. No es miedo...—Lleve mi mano a mi mentón pensativa.—Porqué simplemente quiere joderme la vida, pero no pienso en que quisiera hacerme daño.—Repensé una vez más.—Pero como dije, seguro es así con TODAS las demás.—Las imágenes del oficial junto a todos los rumores que escuche, instantáneamente me hicieron fruncir el entrecejo.—Maldito mujeriego.—Volteé mi cabeza con brusquedad, y cierta indignación ante el hecho.—¡Pero no me interesa!, en lo más mínimo lo que haga o deje de hacer, después de todo, ¡Mañana tengo un compromiso con Lennin!, ciertamente me alegra mucho conocer un muchacho tan bueno como el.—



(...)

La ley del amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora