01 de Noviembre del año 2009
Tatiana
¿Como resultó esto de andar en ''pareja'' con nada mas ni nada menos que con Alexei Burian Vladimir, el amor platónico de toda joven oficial de policía y de la comisaria? pues bastante bien supongo.
Claro si no mencionamos las caras espantosas que dejan las oficinista cuando me ven.
También, que las envidiosas me dejan sin café en la mañana apropósito mientras cuchichean a mis espaldas.
Me jode bastante cuando tengo que ver como aquellas intentan ligar o ser invitadas a salir por él.
Pero me reconforta mucho ver como las bota con indiferencia.
Claro que esto conlleva consecuencias, ellas suelen arrugar el entrecejo y observarme durante horas, y de seguro pensando una y mil maneras de hacerme la vida imposible. Lo cual saben bien que no sucederá, ya que tengo limitada paciencia y a la mínima no voy a dudar en responder con una golpiza. Esto me trae recuerdos como cuando realice la academia. ¿A caso lo recuerdan?, si exacto como con la señorita Nikova.
(...)
Svety es de las pocas femeninas con cerebro en esta comisaria, y debe ser por que es la única que no anda mojando sus bragas por Alexei (O por León. ¡Cierto!, también me odian por que Reed suele hablarme). Mientras archivamos los papeles, Svety es mi compañera de oficina mientras que mis compañeros de binomio en las calles suelen ser León o Avery Egoyan.
Avery, es una oficial de policía cuatro años mayor que yo y la movieron a nuestra comuna hace no mucho. Es una persona confiable y sencilla, tiene una pequeña hija con un oficial de policía pero según lo que cuenta, él es un descarado así que solo se dedica a visitar a su pequeña hija de vez en cuando.
—Toma Svety, son informes de ayer.—Expliqué a la rubia entregándole unos formularios de importancia.
—Copiado.—Aseguró observándolos y dejándolos debajo del montón.—¿De nuevo sin café Tati?.—Dedujo acomodando sus lentes al ver mi taza en la cual se hallaba un saco de TÉ DE MENTA PEPERINA.
—Sí, ya sabes lo amables que son el resto de nuestras compañeras.—Aludí con el entrecejo fruncido, mientras ella sonreía con aquella inocencia que la caracterizaba.— Malditas, ¿Té de menta peperina o té de hierbas digestivas?, no tienen perdón en solo dejarme eso.—Refunfuñaba mientras intentaba tomar coraje para verter el agua hirviendo dentro de mi bebida. Svety, se dio media vuelta hurgando algo en el fondo de su taquilla.
—¡Espera, espera!.—Declaró alzando la voz, mientras me aproximaba un saquillo de café. La observé incrédula.—Siempre traigo unos de mas en mi taquilla.—Se encogió de hombros.
—¡¡¡Eres mi heroina!!!.—Clamé emocionada abrazando la integridad del pequeño cuerpo de Svety, a quien le llevo cuando menos dos cabezas.
—¿De nuevo la dejaron sin café?.—Indicó al instante Avery ingresando a la oficina, a lo cual Svety respondió afirmativo.—Bueno Tati, son las contras de salir con el adonis de la policía.—Expresó con una sonrisita cínica de lado.
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La ley del amor.
Teen FictionNuestra historia comienza en Rusia, San Petersburgo donde Tatiana Kuznetsov, una bella joven de dieciocho años está lista para dar sus primeros pasos en la la vida. Escogiendo una vocación por desicion propia, peca de inocencia pues ignora todo lo q...