Rek'sai parte 6

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La Xer'Sai se giró en la dirección de la caravana distante. Su legua inspeccionó el aire otra vez, midiendo la distancia. La aleta recuperó la tonalidad morada original, y arrastró el cuerpo hacia el fondo de su madriguera.

Como única prueba de que aquella temible bestia había estado ahí, el charco de sangre espesa y la ausencia de Xalee.

Shahib susurró la orden de moverse. Los supervivientes se retiraron en silencio hacia lo más profundo del cañón.

Nadie dijo nada. La piedra oscura, repleta de madrigueras, les había arrebatado la opción de hablar, de llorar, de llorar siquiera.

El agotamiento poseyó su cuerpo. Jaheje miró alrededor, las paredes del cañón. Le bastó un instante para comprender la inmensidad de quien los acechaba y el motivo por el que Shahib había decidido seguir avanzando. Ya en la época de Omaz ''Azir'', cuando la piedra aún era arcilla y Shurima estaba en su esplendor, Rek'Sai estaba ahí, alimentándose. El valle le pertenecía a ella, a nadie más. Todos creían que los Xer'Sai solamente existían para comer.

''¿Por qué viven aquí?'', Jaheje no pudo evitar pensar en voz alta.

Y de repente, el monstruo apareció. Apareció del suelo ante ellos, en dirección a Jaheje.

Jaheje se agachó y Rek'Sai pasó sobre él, tapando la luz del sol. Cuando aterrizó, sus extremidades delanteras desgarraron el suelo, y desapareció de la superficie.

Oculto en la maleza, VezKah, el más joven, hizo señas a Jaheje para que se acercara. Acto seguido abrió la boca horrorizado. Un rayo de energía oscura salió de la aleta de Rek'Sai y desgarró la tierra a medida que se acercaba a VezKah. El suelo explotó y mandó al chico por los aires. VezKah aterrizó hecho un amasijo, y la enorme aleta se le aproximó.

Shahib y Jaheje aprovecharon para huir tan rápido como sus piernas les permitieron.

La criatura aflojó el ritmo pero no cesó en su implacable persecución. Los forzó a que siguieran adentrándose en el valle, bloqueando cualquier otra vía de escape.

Ya no tenía sentido tratar de ser silenciosos. Estaba demasiado cerca. La única opción era correr.

Cuando Caleeb se quedó sin fuerzas, Rek'Sai acabó con él. Al presenciarlo, Shahib se detuvo. Recogió la lanza de Caleeb y esperó. A su alrededor, el aire se agitó como ondas en el agua.

''¿Qué haces?'', susurró Jaheje.

''Seré el camello. Ve en silencio''. Shahib estudió las paredes a su alrededor. ''Dile a la gente lo que has visto aquí''.

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