Samira, La rosa del desierto

13 0 0
                                    

En la ciudad de Amakra, situada en el linde oriental del Gran Sai, Samira y sus padres se ganaban la vida como artistas callejeros. Deslumbraban y cautivaban a todos los espectadores, y su estilo de vida entusiasmaba a la joven Samira, pero suponía una fuente de preocupaciones para sus padres. A pesar de lo mucho que se divertía su hija, deseaban poder aportarle una vida más estable.
Los deseos, sin embargo, son tan volubles como la lluvia en el desierto.
La noche antes del décimo cuarto cumpleaños de Samira, un grupo de forasteros armados invadió Amakra. Desde su escondite entre las vigas de su hogar, Samira observó a los extraños, que invocaron el nombre de un mago ancestral y atacaron a aldeanos inocentes. Muchos murieron asesinados ante sus ojos.
Samira no lloró. Tampoco gritó. En su lugar, hirvió de ira. No a causa de los asesinos, sino de su propio comportamiento. Nunca se había sentido paralizada por el miedo, ni siquiera cuando se arriesgaba a realizar los trucos más peligrosos. En ese momento, Samira se odió a sí misma y juró que jamás volvería a sentirse tan asustada e indefensa.
Samira y sus padres salieron heridos del encuentro, pero lograron escapar a Bel'Zhun, una ciudad portuaria controlada por los noxianos, acompañados por un pequeño grupo de aldeanos. Para los amakranos, Noxus suponía un refugio. Para Samira, una nueva puerta se abrió.
Mientras que el resto de los refugiados disfrutaba de una vida tranquila, la muchacha estaba decidida a recuperar su coraje. Se lanzó a las calles sola, pues sus padres, que aún no se habían recuperado, no podían acompañarla. Sus actuaciones ya no eran simplemente su trabajo, sino un escenario en el que ejercitar su intrepidez. Se superaba con cada truco, incluso aunque nadie le prestara atención. Sin embargo, sus esfuerzos no bastaban para alimentar a su familia.
Entonces, Samira se enteró de un escuadrón noxiano que estaba reclutando miembros. Motivada por la emocionante perspectiva y por los recursos económicos que le aportaría, se alistó.
No tardó en impresionar a sus compañeros con su destreza física. Diestra con la espada y con una puntería certera, Samira pronto reveló su potencial y sobresalió en el combate... aunque no tanto en la disciplina. Tras dos años de entrenamiento, todos sus comandantes se vieron frustrados por su temeridad... Todos a excepción de una: la capitana Indari. Indari había sido saboteadora en el pasado, así que valoraba la osadía de Samira, y le ofreció un puesto en su escuadrón privado, una unidad especializada en misiones que se consideraban demasiado peligrosas para el personal militar de a pie. Ansiosa por experimentar los peligros que prometía, Samira accedió sin dudar.
Se sumergió de lleno en la cultura noxiana, y encontró su propia fuerza y estilo entre tiroteos altamente letales y frenéticos combates de espadas.

league of legends 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora