Tahm Kench parte 2

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Cuando las Puertas del Sol se abrieron al comercio entre Aguas Estancadas y Piltover, las historias sobre Tahm Kench pasaron a ser comunes en la Ciudad del Progreso y su lado más oscuro, Zaun. Los niños del lugar llamaban a Tahm "Dos Abrigos", un pez tan monstruosamente grande que necesitaba dos chaquetas cosidas entre sí para vestirse.

Con su elegante sombrero de copa y una sonrisa más amplia que el mismísimo Pilt, se aprovechaba de las envidias de los jóvenes artificieros. Se dice que en cierto Día del Progreso se acercó a una inventora de Piltover con dificultades económicas y le ofreció una idea que llamaría la atención de un clan adinerado. Lo único que le pidió a cambio fue un mechón de su cabello. La ambiciosa mujer aceptó el trato y, tal y como le había asegurado el demonio, su trabajo le garantizó un lucrativo contrato. Pero con un invento no bastaba, así que Dos Abrigos le hizo otra oferta. Esta vez le pidió todas sus preciosas trenzas.

La inventora, no dispuesta a decepcionar a sus nuevos patrones, accedió... y Dos Abrigos las devoró allí mismo. Sin embargo, la mujer seguía sin poder encontrar una gran innovación que le hiciera ganarse un nombre. El demonio volvió a aparecer con otro trato, por el que esta vez demandó la yema de un dedo. A la semana siguiente le pidió una oreja. Pasó un año entero y, para ese entonces, a la mujer ya le quedaba poco que dar. Finalmente fue ella quien llamó a Dos Abrigos y le rogó que pusiera fin a todo aquello.

Él se rio, abrió su enorme boca mientras le decía que la protegería de sí misma y la devoró de un bocado.

El Rey del Río. El Gran Anadeador. El viejo Panzaburrida. Dos Abrigos. Al demonio Tahm Kench se lo conoce por muchos nombres, pero todos los que los mencionan han aprendido una cosa: independientemente de lo seductoras que resulten sus palabras, en su boca hallarás la perdición.

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