Zoe, El aspecto del crepusculo

12 1 0
                                    

Como personificación de la travesura, de la imaginación y del cambio, Zoe es la mensajera cósmica de Targon y anuncia acontecimientos importantes que remodelan mundos. Su mera presencia distorsiona las matemáticas arcanas que gobiernan las realidades y a veces provoca cataclismos sin intención ni malicia. Puede que eso explique el aire de indiferencia con el que Zoe aborda sus responsabilidades, lo que le da el tiempo suficiente para dedicarse a jugar, a gastar bromas a los mortales o, simplemente, a divertirse. Un encuentro con Zoe puede ser dichoso y alentador, pero siempre implica más de lo que parece y suele resultar extremadamente peligroso.
Haciendo justicia a la naturaleza que representa su aspecto, la travesura, Zoe no llegó al poder por medios tradicionales. No logró una espectacular victoria contra todo pronóstico, ni se sacrificó por un ideal noble, ni superó el juicio empírico de ascender el Monte Targon: Zoe era una niña normal, aparentemente elegida al azar.
Sus maestros lunari decían que Zoe era una niña tan imaginativa como obstinada, holgazana, distraída y traviesa. Un día, al abandonar sus clases de magia sagrada para hacer algo "menos aburrido", el Aspecto del Crepúsculo de Targon la vio.
Observó cómo la joven se burlaba de los gritos enfurecidos de los sacerdotes lunari que la perseguían. Por fin, tras una hora de persecución, sus coléricos maestros la acorralaron. Antes de que pudieran atrapar a Zoe, el Aspecto invocó seis objetos frente a la niña: una bolsa de monedas doradas, una espada, un libro de estudio completo, una alfombra de la devoción, una cuerda de seda y una pelota de juguete. Cinco de estos objetos la podrían haber librado de la situación. Zoe eligió el sexto.
Ajena a la posibilidad de escapar, eligió la pelota de juguete y empezó a darle patadas contra la pared de una casa contigua y a cantar alegremente mientras la pelota rebotaba entre los adustos sacerdotes.
Encantado por la exuberancia despreocupada de Zoe, el Aspecto abrió un portal resplandeciente hacia la cima del Monte Targon, ofreciéndole a la niña la oportunidad de ver el universo. Zoe se dejó caer de espaldas en el portal y se fusionó al instante con el Aspecto. Mientras desaparecía, aprovechó para sacarles la lengua a sus estupefactos maestros.
Tras esta inusitada transcendencia, Zoe viajó a los límites de las dimensiones bajo el control de Targon y jugó en realidades más allá de la comprensión humana.
Un milenio después, Zoe ha vuelto a casa, aunque apenas ha envejecido un año. Aunque desde su perspectiva Runaterra no ha cambiado demasiado, llega con la curiosidad de una adolescente por los humanos y sus compañeros Aspectos.
De entre sus nuevas relaciones, quizás la más curiosa sea la que tiene con Aurelion Sol. La arrogancia, las mentiras y el hastío del dragón cósmico molestan a Zoe. A cambio, ella molesta sin tregua a la criatura gigante, aunque, cuando es necesario, también protege a su "perrito del espacio" y sus estrellas de la ira de Pantheon. Nadie sabe si lo hace por simple capricho, por egoísmo o por su trabajo como perturbadora, porque, con Zoe, nunca se sabe cuál es su verdadero objetivo... aparte de divertirse.

league of legends 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora