league of legends 2

Vel'Koz, El ojo del vacío

Para entender de verdad el horror que supone Vel'Koz, primero hay que conocer a los Vigilantes y cómo perdieron la capacidad de ver el reino mortal.
Más allá del plano material, fuera de él y de alguna manera debajo, se extiende el abismo incognoscible. Se trata del reino del Vacío, donde no puede caminar ninguna criatura, mortal o inmortal. No hace falta saber cómo surgió un lugar como este, ni por qué, solo que lo hizo. El Vacío es eterno. El Vacío lo consume todo.
En ese lugar, en la fría y eterna oscuridad, todo es idéntico y todo carece de contenido. Durante eones incontables existió pureza en este hecho. Existió la paz, si es que una palabra como esa significa algo en este lugar.
Y entonces cambió algo, pero no en el reino del Vacío, sino en otra parte. Era existencia, era... algo donde antes no había habido nada, cuya mera presencia era una afrenta a las entidades vastas, frías e informes que vagaban en la oscuridad. Antes de esto no habían sido completamente conscientes de su propia conciencia, pero ahora sabían que no podían tolerar la presencia de ese otro lugar, de ese otro reino de creación cambiante y abrumadora.
Las entidades observaron. Espiaron.
Y, poco después, los Vigilantes descubrieron que también ellos estaban siendo espiados. Las diminutas y mortales mentes que establecieron contacto con ellos eran insignificantes, poco más que unas fugaces motas de luz en los bordes del abismo. No obstante, en esas motas de luz, los Vigilantes vieron la ocasión de invadir el reino material, de destruirlo, de silenciar el intolerable latido de realidad más allá del Vacío.
Los más audaces abrieron el velo y se lanzaron hacia arriba, pero al instante quedaron desorientados de forma espantosa por el repentino cambio entre el abismo y la naturaleza corpórea y linear de la realidad. En cuestión de un instante, cobraron consciencia del tiempo, el calor y el dolor...
Después, solo hubo frío. El camino quedó cerrado y docenas de Vigilantes quedaron atrapados en el espacio intermedio que separaba los dos reinos, paralizados en el momento de la transición.