VII

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Tras aquellos momentos entre Marcus y Alexander, el autobús llegó y ambos se subieron en dirección a casa del primero.

El viaje fue casi igual de silencioso que el de ida. Marcus estuvo observando a su acompañante, ciertamente algo que se podría afirmar del pelirrojo esque nunca llegaba a cansarse de mirar a Alexander.

Marcus era alguien extremadamente terco, y si se trataba de sentimientos él no se quedaba corto; era una persona demasiado pasional y emotiva. Se dejaba llevar fácilmente por lo que sentía y muchas veces eso llegaba a dañarlo. Más tarde su parte racional le decía lo muy estúpido que había sido:

Aún así, él seguía empeñado en amar a Alexander.

...

Llegaron a la casa del pelirrojo. Ambos se quedaron parados frente a la puerta durante unos segundos, mirándose entre sí.

—Alexander... —Lo llamó en un hilo de voz. El nombrado dio un pequeño espasmo y dirigió su atención a Marcus .— Gracias, de verdad... —dijo tomando las manos contrarias.

—No me des las gracias —sentenció con una expresión seria.

—Pero...

—He dicho que no me las des —reiteró Alexander interrumpiéndolo .— No me debes nada, no he hecho nada para que me las des —añadió. Marcus observó a su contrario interrogante.

—Me besaste a pesar de que yo no te gusto, sólo porque te lo pedí...

—No es algo que yo no haya querido hacer —aclaró. Marcus denotaba confusión .— Me atrae tu cuerpo, es algo vergonzoso de afirmar pero es cierto —declaró Alexander desviando la mirada nervioso por admitir lo que llevaba tiempo tratando de negar.

Los ojos de Marcus comenzaron a brillar, tan vivos y llenos de emoción que hicieron estremecer al azabache, incómodo por la forma en la que el contrario lo miraba.

—¿De verdad? ¿En ese caso podemos besarnos? —Alexander se encogió tratando de verse resignado, pero ciertamente sentía que aquello no era lo correcto... En el fondo sabía que dañar de alguna forma a Marcus le afectaría.

Agachó la vista y suspiró.

—Eres realmente despreocupado, ¿no te sientes usado sabiendo que yo no siento lo mismo por ti? —acabó soltando sus pensamientos. Una sonrisa se extendió por los labios de Marcus.

—No me importa, solo espero hacerte sentir mejor —reveló antes de dejar un beso sobre los labios de Alexander .— No hace falta que te fuerces en sentir culpa... —añadió.

Marcus pensaba firmemente que Alexander no era capaz de sentir apenas empatía, y que ya tuvo que fingir suficiente durante toda su vida como para que le mostrara esa falsa careta a él.

—... —El de cabellos oscuros quedó en silencio. Una expresión seria decoró su rostro .— Tienes razón... —murmuró. Aunque realmente estaba seguro de que no era así.

Y sin más palabras se dieron un pequeño beso de despedida antes de que Marcus ingresara a su hogar y Alexander decidiera irse al suyo, aún pensando en las palabras de su acompañante durante aquella tarde.

P.O.V Marcus

Al llegar a casa, Zafiro, mi lindo minino, me recibió alegremente frotando su cuerpo con mis piernas, maullando para recibirme. Sonreí anchamente.

—Hola mi amor —lo saludé acariciando su cabecita, el dio un ronroneo pidiendo más caricias. Me agaché para dejar un pequeño beso entre sus lindas orejas, seguido ingresé del todo a la casa.

✖¿Hay amor?✖ (BL) FINAL IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora