✖¿Hay amor?✖ (BL) FINAL II

XIV

P.O.V Alexander

Es muy extraño.

Hoy me he percatando de algo: Ya no me molesta la amabilidad de Marcus.

Tal vez nunca me llegó a molestar en sí.

Realmente lo que yo siempre odié fue la hipocresía, las personas que son falsamente amables con todo el mundo me sacan de quicio.

Tal vez odiaba la hipocresía porque yo mismo la realizaba todo el rato, fingiendo ser alguien que no soy frente a todos.

Pero Marcus... Yo creía que sí pero él no es hipócrita, es alguien tan sincero y simple que parece mentira. Es amable porque él es así, sin una segunda cara de la moneda que indique lo contrario.

Siento como si su amabilidad fuera capaz de salvarme.

—Alexander, ¿en qué piensas tanto? —sus palabras me despertaron de mis pensamientos. Lo miré desorientado, estábamos en la cafetería almorzando.

Marcus me observaba atentamente mientras masticaba parte de un bocadillo que sostenía entre sus manos.

—Oh, en nada —respondí.

Agaché la mirada hasta mi plato, donde había un delicioso trozo de tarta de chocolate. Esta tarta la había preparado Sophie para que la compartiera con Marcus como agradecimiento por hacerme sonreír más a menudo.

Era raro, porque ni siquiera me solía dar cuenta cuando sonreía, solo lo intuía por la expresión de sorpresa de la gente.

Miré disimuladamente a Marcus, que ya había terminado su almuerzo.

—¿Quieres... tarta? —susurré serio mientras fruncía el ceño, avergonzado. Marcus me miró asombrado y sonrió anchamente.

—¿De veras me das? —dijo tomando una de las cucharillas que yo había traído .— Solo un poco, sé que te gusta mucho el chocolate —añadió. Yo lo miré atónito.

¿Desde cuando sabe que me gusta el chocolate? Yo nunca se lo dije... ¿Tal vez lo intuyó? No, yo apenas como chocolate frente a él.

Marcus tomó un trozo de tarta y se lo llevó a la boca, donde lo saboreó muy feliz. Yo suspiré.

—No me gusta el chocolate —mentí. El pelirrojo sonrió anchamente.

—En ese caso... No creo que te importe que me coma toda la tarta —Arrastró mi plato hasta él y empezó a comer otro trozo de tarta.

Yo traté de no alterarme. Cielos, mi deliciosa tarta iba a ser comida por él si no decía algo. Pero admitir que mi comida favorita es el chocolate queda muy infantil, Marcus se reiría de ello.

Tragué saliva viendo como poco a poco quedaba menos tarta de chocolate, me relamí por dentro los labios y gruñí.

Entonces quedaba un solo cacho, y Marcus estaba a punto de comerlo.

—¡Espera! —pedí. Él se detuvo y me miró socarrón.

—¿Sí? —dijo pestañeando varias veces haciéndose el ingenuo. Apreté los puños.

—... Quiero comer el último trozo —murmuré. Él por suerte me oyó.

—Pero no te gusta el chocolate —respondió con una sonrisa burlona. Yo le devolví una mirada irritada.

¿Estaba tratando de jugar con mi orgullo? Pues no lo iba a lograr.

—No, no me gusta, cómetelo —Desvié la mirada molesto. Marcus comenzó a reír.

—Oh vamos Alexander, admite que es tu comida favorita —Se levantó de la mesa y llevó la cucharada con el último trozo hasta mí .— Toma —Me sonrió.