VIII

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P.O.V Alexander

Me sentía realmente estúpido, había revelado mis sentimientos más de una vez durante la tarde.

Por otra parte, estaba algo feliz. Pude reír y sonreír de verdad, hacía demasiado tiempo que no podía, así que me sorprendí de mí mismo. Estaba muy contento, no tuve que forzarme o actuarlo, y eso en parte me asustaba, igual que el haber disfrutado de la compañía de Marcus, ninguna de esas dos actitudes eran parte de mí... Al menos del actual yo.

Aún así, sentía que todo lo hacía como mecanismo de defensa para ser sacado de este abismo, que no me deja respirar por años. Sinceramente era como si en mi subconsciente, pensara que la única forma de ser salvado de la locura era caer enamorado de Marcus.

Realmente quería, odiaba la sensación del amor no correspondido, y ver como Marcus me quería tanto me hacía querer devolverle esos sentimientos... Pero sabía que los míos nunca podrían llegar a ser tan sinceros y únicos como los de Marcus.

Sin darme cuenta Marcus comenzaba a ser alguien importante en mi vida, como lo son Sophie y Alan. Era extraño pensar en cómo había llegado a suceder esto, pero al pensar en ello, mi mente solo recordaba esos momentos en los que Marcus logró hacerme pasar un lindo momento o en los que me apoyó a pesar de mi forma de ser.

En como hoy estuvo dispuesto a que juegue con sus sentimientos mientras que yo pase un buen rato... No sé como explicarlo, pero cuando dijo eso me sentí raramente mal.

Como cuando Sarah aparecía en mis sueños y me recordaba que la había matado... Igual de mal se sintió. Y más aún después de que Marcus dijera que no fingiera empatía, cuando realmente me encontraba triste con la idea de que él se sacrificara por mí.

Solo acordarme de eso me irritaba y enojaba, Marcus a veces es un increíble idiota, ¿cómo puede dar por hecho sin más que estoy fingiendo? Es cierto que fingir emociones que no siento a veces es parte de mí pero, aún así, fue frustrante escuchar esas palabras dichas por él.

—Maldito estúpido... —gruñí a regañadientes antes de abrir la puerta de mi casa.

Willian me recibió, saludándome formalmente para despues retirar mi sudadera y colgarla en una percha.

—Señor Alexander, la cena está a punto de ser finalizada, debería cambiar su atuendo antes de que esta sea servida —informó. Yo asentí caminando hacia mi habitación, llegando a esta vi a Sophie en la cocina, dando sus últimos retoques a la comida.

Me metí en mi cuarto y cambié mi atuendo de calle por el perfecto y cómodo camisón, además, solté mi cabello para desenrredarlo y cepillarlo. Después, salí hasta la cocina y me senté a la mesa.

Miré el mantel pensativo mientras esperaba a que me sirviesen, jugué un poco con uno de mis largos y oscuros mechones hasta que Sophie se me acercó feliz, dejando sobre la mesa mi cena.

—¿Qué tal la salida, Señor Alexander? —preguntó ella tomando asiento frente a mí. Yo suspiré encogiéndome de hombros.

—Bastante agradable, supongo... —murmuré tomando los cubiertos, para comenzar a saborear aquel plato combinado que se me había servido.

—¿Se divirtió?

—... Llegué a sonreír y reír un poco —murmuré avergonzado. Sophie abrió los ojos como platos y me miró atónita, se levantó de la mesa y se acercó a mí, esperando a que la contara más, pero decidí mantener el silencio.

—¿Fue eso posible? ¿Qué causó su risa? ¿Realmente no la fingió? —comenzó a liberar preguntas. Yo di un suspiro para luego señalar con mi mano el asiento del que ella se había levantado, Sophie comprendió sentándose en él de nuevo.

✖¿Hay amor?✖ (BL) FINAL IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora