✖¿Hay amor?✖ (BL) FINAL II

XLIV

P.O.V Alexander

Marcus parecía confuso.

Era nuestro último día juntos en la mansión y, en vez de pasarlo allí, lo estaba llevando a un lugar "desconocido".

Aún así el pelirrojo se veía muy emocionado, su sonrisa de oreja a oreja y como trataba de apartar mis manos de sus ojos en numerables ocasiones a lo largo del trayecto lo indicaba.

Al fin aparcamos, y con dificultad y cuidado salimos de la limusina.

—¡Oh vamos! —reclamó Marcus, desesperado por ver. Yo no pude evitar reír mientras caminaba detrás de él, pegado a su cuerpo y guiándolo para que no chocara con nada.

—Ten pacienciaaaa —pedí. Marcus gruñó.

—Odio no ver, me da mucha inseguridad —Sonreí, colocando mi barbilla sobre su hombro y dejando un beso en su mejilla.

—Yo te estoy guiando, tranquilo

—¿Y si tropiezo? Soy súper torpe —me recordó. Yo aguanté una carcajada.

—Oh vamos, confía —pedí mientras esquivaba los demás coches del aparcamiento junto a las personas.

Poco después al fin nos encontrábamos frente a la entrada. Marcus pareció reconocer los gritos y el bufido de rapidez de las atracciones en seguida.

—No... —negó incrédulo. Yo aparté mis manos .— ¡No puede ser! —Me miró fascinado y volvió su vista a las atracciones que eran visibles, es decir, las más altas .— Alex dame una razón para no morirme ahora mismo —sentenció muy emocionado, moviendo sus manos rápidamente y agarrándome de los brazos con energía.

—Si te mueres voy a llorar... Y no podremos montar en las atracc- —iba a responder, pero Marcus me agarró con efusividad de las mejillas y plantó un beso en mis labios sin más, en medio del lugar.

Noté algunas miradas desaprobatorias y otras enternecidas... Pero no me importaron, tan solo pude sonreír muy feliz.

Acaricié sus cabellos mientras nos separábamos.

—Eres el mejor —aseguró. Yo sentí mis mejillas arder.

—N-No yo solo... —comencé a ponerme nervioso.

—Eres el mejor —repitió acariciando mi mejilla .— Te has estado esforzando muchísimo Alex, eres increíble... Estoy tan orgulloso —susurró con una sonrisa de ternura.

Esas palabras me emocionaron, antes de conocer a Marcus creo que nadie me había dicho que estaba orgulloso de mí. Que otra persona reconociera mi esfuerzo me hacia sentir muy bien, tanto, que estaba luchando contra mis ojos por no llorar.

Me mordí el labio inferior por dentro, conmocionado. Sin más estreché a Marcus contra mí, escondiendo mi rostro en su cuello, este correspondió acariciando mis cabellos.

—Cada día contigo es una sorpresa, Alex —susurró. Yo me separé del abrazo confuso .— Siento que puedo pasar toda la vida contigo y jamás cansarme —añadió sonriente.

Entendía a lo que se refería, yo sentía lo mismo. Aún así a veces mis inseguridades disfrazadas de demonios me hacían creer que no podía ser cierto, que Marcus en poco tiempo se cansaría de alguien como yo.

Ahora no lo veía tanto de esa manera. Sentía que había una posibilidad de que Marcus tal vez pueda no cansarse de mí, ya que actualmente no soy tan horrible.

No es que mi autoestima esté en el cielo, pero al menos veo algunos pequeños puntos positivos que tengo.

...