XLI

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P.O.V Marcus

Alexander se aferraba a mi pecho cuando desperté. Lo primero que sentí aparte de eso fue un pequeño pinchazo en las caderas, creo que nos habíamos sobrepasado a diferencia de nuestra primera vez.

Alexander dio un pequeño gruñido antes de abrir los ojos, cuando me vio sonrió leve, y eso me hizo muy feliz.

—Me duele el culo —murmuró. Yo me avergoncé de inmediato .— Pero está bien, lo pasé bien anoche... Hacía mucho tiempo que no lo hacíamos —dijo aferrándose con más fuerza a mí. Yo di un suspiro de alivio y asentí.

—Aunque en verdad solo pasó una semana...

—Fue mucho —sentenció. Yo solté una leve risa.

—¿Y cuando me vaya de la mansión qué? —bromeé. Aunque al parecer eso no le hizo gracia, pues borró su sonrisa.

Se volvió a aferrar con fuerza a mí, escondiendo su rostro en mi pecho.

—¿Qué ocurre? —pregunté preocupado. Él negó.

—No es nada

—Me prometiste no mentirme —le recordé. Esto hizo que soltara un pequeño suspiro, descubriendo su rostro, en el que vi una expresión triste.

—No quiero que te vayas —susurró con la voz casi quebrada .— No quiero volver a estar solo...

—Alex, eso no va a pasar... No vas a estar completamente solo nunca más —sentencié. Agachándome en el colchón para acabar a su misma altura. Entonces tomé su rostro entre mis manos .— Tienes a Sophie aquí, y yo hablaré contigo por mensajes y quedaremos seguido... Además también podrás quedar con Sarah o Alan —Traté de disimular mi incomodidad al pronunciar ese último nombre.

Alexander me miró, parecía desesperado bajo su inexpresión.

—No será lo mismo, no estaré junto a ti a todas horas —susurró. Yo lo miré algo serio.

—No podemos estar a todas horas juntos, ambos necesitamos un tiempo a solas de vez en cuando para no saturarnos de nuestras relaciones sociales —comenté. Él negó con la cabeza y yo asentí .— Alex... No quiero que dependas de mí, tienes que ser feliz también por ti mismo

—... Yo no sé ser feliz sino es por alguien más —sentenció.

—Alexander —lo nombré serio. El agachó la mirada .— No te pediría que trates de ser feliz sino supiera que eres capaz, te he visto durante mucho tiempo —dije firme. Él negó.

—Cuando estoy a solas solo pienso en cosas horribles —lamentó .— Comienzo a buscarme defectos, a pensar en cómo serían vuestras vidas sin mí... Comienzo a oír voces o a tener pesadillas... —susurró aferrándose de nuevo a mi pecho .— No quiero que todo eso vuelva —Su voz se escuchaba quebrada, era como si tratara de retener el llanto.

Yo sabía que tenía miedo, pero ablandarme de nuevo tan solo lo perjudicaría... Aunque hablarlo de manera ruda tampoco lo iba a ayudar.

Así que decidí mantener un tono calmado y no caer ante el amor que tenía por Alex, buscando una manera de ayudarlo y no de satisfacerlo sin más.

—Entonces lucha contra eso —pedí separándolo de mi pecho para mirarlo a la cara .— Dile a esas voces que mienten las veces que haga falta, autoasegurate de que eres precioso y no dejes que una pesadilla te quite el sueño o te meta miedo... Tú eres capaz de eso Alex, si no lo eras antes ahora lo eres —sentencié acariciando su mejilla.

Vi como sus ojos me miraban suplicantes.

—No puedes tenerte miedo a ti mismo toda la vida, porque en la vida con quien pasamos más tiempo es con nosotros mismos —añadí besando su frente .— Y si quisiste cambiar y lo has hecho, yo sé que si quieres quererte podrás hacerlo

✖¿Hay amor?✖ (BL) FINAL IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora